lunes, julio 22, 2013

Las 3 Definiciones Tántricas


1.- Se CONSCIENTE el mayor tiempo posible. "La Inconsciencia", propicia acciones y comportamientos que generan Karma. Las acciones en conciencia y en torno a nuestra intención nos generan Dharma. Se consciente de tu unicidad, no estés dividido se uno, pensamientos, acciones y emociones, se un cristo!!!

2- Se SELECTIVO Aléjate de personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. No seas tu quien reciba su basura, procura que no sea en tu mente y menos en tu corazón su receptor.
Aléjate de los "encantadores de serpientes" que te hacen perder energía dándote atajos y pistas falsas, en la búsqueda de tu intención y solo te distraen de tu verdadera trascendencia. Existe algo que se llama la "Ley de 3".
Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no te causan placer y trascendencia y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no todo el tiempo es factible, muchas veces, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.

3.-Se LIBRE, vive y entiende claramente conforme el principio del "Libre Albedrío", aplícalo en ti y en todo lo que te rodea, no es solo tu libre albedrío, respeta en tus decisiones el "Libre Albedrío" de quienes te rodean.
Cumple tus promesas o serás presa de la culpa y de los depredadores. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aprende a decir "NO" a tiempo y rara vez faltaras a tus palabras.
Estar conectados a tu esencia e individualidad divina desde el amor es la fuente más grande de energía, mientras que los miedos, el rencor, los celos y la ira nos vacían.
Enfócate en el presente, vivir en el pasado o vivir en el futuro, solo te sustraen de la experiencia del aquí y ahora.

jueves, julio 18, 2013

Qué es el Coaching Ontológico?

Ana Beatriz Aventin
Coach Ontológico

Tener buenas relaciones, un óptimo trabajo, buena salud, sentir los placeres de la vida, ser respetados, queridos… es el deseo de toda persona. Analiza y hazte estas preguntas con cariño:

Qué te impide alcanzarlos?
Qué necesitas para ser feliz?
Qué trabajo te gustaría tener?
Qué relaciones sociales son las que te llenan?
Qué sueños deseas alcanzar?
Acaso sabes si puedes o no puedes?
Tienes trazado un plan para lograrlo?

El COACHING te ayuda a encontrar las respuestas adecuadas a estas preguntas, definir claramente lo que queremos, es decir, nuestros objetivos, respetando nuestra manera de pensar, y sobre todo trazando un para alcanzarlo, en el camino crecerán tus habilidades innatas y adquirirás otras nuevas. Es una disciplina que aporta una manera diferente de interpretar a los seres humanos, su modo de relacionarse, de actuar y de alcanzar objetivos para si mismos, para su empresa y para la sociedad. Nos ayuda a hacer “cambios” para conseguir aquello que soñamos o que entendemos que nos hará felices. Eso es el COACHING.

“Caminar hacia nuestros sueños, con paso firme y con un plan bien estructurado, Aprovechando nuestras habilidades y adquiriendo otras nuevas. Rompiendo con los hábitos y creencias que nos hacen pensar que no podemos alcanzarlos”.

Tiene con fin acrecentar la capacidad de logro de las personas y equipos de trabajo, es el arte de trabajar con los demás para que ellos obtengan resultados extraordinarios y optimicen su desempeño. El Coach asiste en el aprendizaje de nuevas maneras de ser y de hacer, necesarias para generar el cambio paradigmático o cultural que permita lograr aquellas metas que antes parecían imposibles. El Coach colabora con el Coache, (Cliente), potenciando sus capacidades mediante conversaciones desafiantes, explorando retos y obstáculos, para así diseñar un futuro diferente.

lunes, julio 15, 2013

La Ecología Emocional... Más allá de la Inteligencia Emocional.

Mercè Conangla y Jaume Soler

Mercè Conangla y Jaume Soler han dado a conocer el concepto de “ecología emocional”, fruto de muchos años de trabajo, mediante una serie de libros publicados por Amat Editorial. El éxito los ha convertido en dos de los autores españoles más destacados del área del autoconocimiento y de la psicología personal, con más de 50.000 ejemplares vendidos.

¿Qué es la ecología emocional?
Así definen Mercè Conangla y Jaume Soler, dos especialistas en inteligencia emocional y con una amplísima experiencia profesional en el tratamiento y la orientación psicológica, los principios de la “ecología emocional”. Para ellos,
buena parte de los conflictos de las personas en el mundo actual tienen un paralelismo con los problemas ecológicos. Al igual que se hace un mal uso de los recursos naturales, el hombre está utilizando de forma incorrecta sus propios
recursos: las emociones. Pero, para Conangla y Soler, hay caminos para volver a ser “ecológico” y alcanzar la armonía con uno mismo y con las personas que le rodean: familia, hijos, pareja, amigos, sociedad...
Todos los sentimientos e impulsos humanos, de la pasión al odio pasando por la ansiedad, pueden ser gestionados de forma adaptativa e inteligente.
El primer paso es saber qué nos está pasando: existen unas leyes de la “ecología emocional”, semejantes a las leyes naturales, que ayudan a entender mejor nuestra dimensión emocional y relacional. Conangla y Soler afirman que si bien no elegimos lo que sentimos, sí que somos responsables de las acciones que se derivan de cómo canalizamos nuestra energía emocional. Si aprendemos a gestionar ecológicamente nuestra emociones será posible transformar situaciones aparentemente negativas como la soledad o el fracaso sentimental en oportunidades para crecer, superarnos y caminar hacia la felicidad.

“El ser humano lleva millones de años viviendo en el planeta Tierra. La mayor parte del tiempo la relación con su mundo afectivo, de forma similar a su relación con el medio externo, no ha sido demasiado equilibrada. Tenemos muchos indicios de ello: insatisfacción, insomnio, irritabilidad, represión, explosiones emocionales, fatiga, estrés y enfermedades psíquicas. También tenemos muchos signos de desequilibrio social que lo indican: la violencia y agresividad de unos contra otros,la falta de solidaridad entre los seres que compartimos el planeta, las prisas, la tensión, el egoísmo, los sentimientos generales de soledad y de infelicidad, y tantas otras señales que nos llevan a pensar que estamos realizando una gestión incorrecta
de nuestro mundo emocional, de forma similar a la que estamos haciendo con los
recursos del planeta.”

Atlas de la ecología emocional

Los conceptos básicos:

ECOLOGIA EMOCIONAL:
Es el arte de gestionar nuestra emociones de tal forma que la energía que éstas generan sea dirigida a nuestro crecimiento personal, a la mejora de nuestra relaciones interpersonales y a la construcción de un mundo más armónico y solidario:

�� Abono emocional (o vitaminas emocionales):
Ayudan a crecer y ayudan a vivir. Proporcionan nutrientes y energía emocional: agradecimiento, felicitaciones, sonrisas, abrazos, caricias, ternura...

�� Agujero en la capa de ozono:
Pérdida de protección en nuestro interior que hace recibamos algunos estímulos sin protección ni filtro alguno. Por ejemplo, juicios de valor, críticas, susceptibilidades...

�� Biodegradable:
Emociones que hay que permitir que cambien, evolucionen o desaparezcan. En cambio, las “no biodegradables” pueden llegar a envenenarnos.

�� Cartografía emocional.
El mapa mental del mundo que utilizamos como guía en la vida diaria. Información con carga afectiva que señala zonas de peligro, de exploración, rutas adecuadas… Contiene la memoria emocional

�� Contaminación:
Afectos en mal estado, como el mal humor, irritación, enojo, desánimo, el rencor o el resentimiento. Se contagian y contaminan el clima emocional global.

�� Conservas emocionales:
Situaciones agradables cuyo recuerdo podemos guardar para evocarlo cuando lleguen los malos tiempos.

�� Desierto:
Momento emocional en el que uno se siente en tierra yerma, solo y sin recursos.

�� Efecto invernadero y lluvia ácida:
Emitimos partículas tóxicas y contaminantes que acaban rebotándonos en forma de lluvia ácida reduciendo a cenizas nuestra vida interior: El mal humor, las agresiones, el rencor, la envidia, los celos, la crítica constante, la queja, el
victimismo, la tendencia a señalar siempre los defectos de los demás...

�� Energía emocional:
Es el combustible que nos ayuda a vivir (auto motivación, alegría, amor, ternura...).

�� Reciclaje:
Transformación de un sentimiento que da la oportunidad de evolucionar y descubrir nuevas posibilidades de nuestro interior. Los celos pueden ser una oportunidad para detectar puntos de mejora y transformarse en más autonomía y seguridad; la envidia, en solidaridad y generosidad; la ira, en energía positiva...

�� Reservas naturales y espacios protegidos:
Espacios de intimidad reservados a nosotros mismos. Nos ayudan a respirar y a disfrutar de una mejor calidad de vida. Deben expandirse a medida que crecemos.
Las leyes de la ecología emocional:

1- Ley de la diversidad y riqueza de afectos:
La vida natural depende de su diversidad y riqueza. (Todos los afectos son necesarios.)

2- Ley de la interdependencia afectiva:
Toda las formas de vida dependen entre sí. (Somos sistemas de energía abiertos y nadie es emocionalmente autosuficiente. Todo lo bueno que hacemos tiene un impacto positivo en el Universo, lo desadaptativo perjudica a todos)

3- Ley de la gestión ecológica de los recursos afectivos:
Todos los seres vivos y todos los recursos son limitados. (Hay que hacer una buena gestión de los afectos. Su mala gestión puede acabar agotándonos y destruyéndonos).

Las 7 leyes de la gestión ecológica de las relaciones:

1- Ley de la autonomía: Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán.
2- Ley de la prevención de dependencias: No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos.
3- Ley del boomerang: Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti mismo.
4- Ley del reconocimiento de la individualidad y la diferencia: No hagas a los demás aquello que quieres para ti, pueden tener gustos diferentes.
5- Ley de la moralidad natural: No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
6- Ley de la auto aplicación previa: No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
7- Ley de la limpieza relacional: Tenemos el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y que no nos permiten crecer como personas.

domingo, junio 30, 2013

Fundamentos del Feng Shui




El Tao son las conexiones.
El Ying y el Yang: es el equilibrio entre los opuestos.
El Chi es la energia y las percepciones.
Los cinco elementos: son los materiales, las formas y las actividades.
El Ba-Gua: son las direcciones.


El tao constituye un proceso y un principio que vincula al hombre con el universo. los chinos tienen un dicho "todo está de acuerdo con el tao". El tao es el camino, la senda.
Allí donde miremos podremos observar signos de cambio: las estaciones del año, el vecindario, nuestro cuerpo, nuestro estado de animo o nuestras emociones. Por consiguiente nuestro entorno no sólo está vivo e interrelacionado con el espacio físico en el que está ubicado sino que además se halla sometido a constantes cambios.
Yin y Yang: son dos fuerzas primordiales que gobiernan el universo. se trata de dos opuestos que se complementan y juntos constituyen todos los aspectos de la vida y la materia.

Yin: tierra, sombra, oscuridad, es pasivo, etc.
Estar, dormitorio, baño, templos, hospitales, etc.

Yang: cielo, luz, actividad, cálido, duro.
Cocina, escritorio, estadio, discoteca, teatro, oficina, etc.

Pero cuando se juntan son la armonía, que es el tao.

Dependen el uno del otro, sin calor no hay frío, sin nuevo no hay viejo, etc.
El yin existe dentro del yang y viceversa.
Las formas, los materiales y los colores de los objetos que cada uno coloca en su casa hacen que la energía chi sea más yin o más yang.
El chi se encuentra en el cuerpo humano, en las plantas o en las construcciones, pero una parte de él fluye constantemente desde y hacia otras fuentes de energía. La energía chi personal de cada uno siempre está combinada con la energía chi del entorno.
La energía chi que uno recibe del medio ambiente influye sobre el estado de animo, las emociones, la energía física y circunstancialmente sobre la salud. La energía chi se desplaza por el medio ambiente a través del viento, del agua, de la energía solar, de la luz y del sonido.
Algunos sitios dan la sensación de ser radiantes y alegres, otros parecen fríos, húmedos. Todas estas son características del chi de la casa.
El buen fluir del chi en una vivienda mejora el chi de los ocupantes. Por ejemplo, si tres o más puertas se encuentran alineadas una tras otra, expulsarán el chi con mayor facilidad pero si colocamos un carillón de viento estratégicamente colgado moderará el flujo de energía chi.
Por otra parte es preciso cuidarse del chi opresivo y encerrado de un pasillo oscuro y angosto porque puede inhibir las posibilidades de sus moradores de hallar éxito en la vida y en le trabajo. El uso adecuado de luces y espejos despejará simbólicamente el espacio.

Energía chi desfavorable

Algunas situaciones producen tipos indeseables de chi, causan problemas a sus ocupantes y hasta enfermedades físicas o mentales. Por ejemplo, el chi caótico reinante en un armario ropero abarrotado y en desorden se transmite a toda la casa y puede provocar vibraciones negativas en todo el lugar.

• El chi negativo: algunas construcciones y materiales de decoración ejercen un efecto negativo sobre la energía chi: las fibras sintéticas, los materiales para construcción sintéticos, la iluminación artificial y el aire acondicionado. Todas estas cosas suman chi artificial que influye en forma negativa sobre el chi de sus ocupantes.

• Chi estancado: la energía que se desplaza con lentitud y la estancada se originan en los rincones oscuros, en las habitaciones desordenadas y con humedad.

• Chi de flujo rápido: la energía chi que se desplaza con rapidez en línea recta puede desestabilizar el flujo de un edificio entero, por lo que deben evitarse los pasillos largos, los senderos rectos o varios objetos ubicados en línea recta.
La energía chi de flujo rápido dirigida hacia una persona, puede quitarle parte de su propia energía chi, provocando que se sienta insegura o baja presión

viernes, junio 28, 2013

El Enigma de la Reina Hatshepsut


Esta mujer fue hace 3.500 años la persona más poderosa del mundo. Se atrevió a titularse esposa e hija de Dios y gobernó Egipto 20 años, dejando grandiosas obras arquitectónicas.

Las tierras del Nilo emergían un año más después de la inundación, resucitando de nuevo tras la muerte, y los brotes de cereal comenzaban a aparecer en la tierra húmeda. Amanecía un día especial para Hatshepsut, el primero de los cinco del Heb-sed la Fiesta de Jubileo, destinada a celebrar su reinado y renovar sus fuerzas, al igual que el Nilo volvía a crear cada año el mundo.

El quinto día del ritual se disparaban cuatro flechas al aire, una dirigida a cada punto cardinal, Norte, Sur, Este y Oeste, señalando su poder sobre los cuatro confines del país más poderoso, culto y avanzado del momento. Llevaba años preparando este día, vigilando la talla de su obelisco y reconstruyendo el templo de Karnak, que su amado padre Tutmosis I había comenzado a dotar de la riqueza y la belleza que merece el dios Amón. Se hicieron bajo las órdenes de Tutmosis cuatro gigantescos obeliscos con las puntas de oro reflejando el sol. También ella había mandado realizar la Capilla Roja recubierta de, el único metal que merece acercarse al lugar donde se guarda la imagen de dios, con su barca procesional. Thuty, el mejor artista del momento, fue el encargado de esculpir la magnífica barca "revestida de oro, para que ilumine con. sus destellos las Dos Tierras".
La emoción y el fervor místico inundaba su cuerpo de hija de dios, , mientras vestía las ropas rituales; y un cierto cansancio anidaba en un punto de su pecho. Era propio de su segunda naturaleza, la de una mujer de 35 años, abrumada por 15 años en el poder y sorprendida de su propia insólita historia. Porque, a pesar de su falsa barba y de sus cetros propios de faraón, ella era una mujer y como tal se creía imperfecta y secundaria. ¿Qué extraños designios la habían llevado a ocupar un lugar sólo reservado a los hombres?
Sí, es extremadamente inusual que una mujer asuma la función real en el Egipto antiguo. Sobre la persona de Hatshepsut confluyen una serie de circunstancias que hacen posible esa anómala situación, dice José Ramón Pérez Accino, un español profesor de Egiptología en el Birkbeck College de la Universidad de Londres.
El hecho era tan extraño en aquella civilización, que son pocos los casos que se conocen. Entre ellos, los de Nitocris, Sobeknefrure y Cleopatra. De la reina Nitocris no existen rastros arqueológicos, aunque sí figura en la lista de monarcas del Imperio Antiguo. Hay referencias de los historiadores Manetho y Herodoto a su "cutis claro y sus sonrosadas mejillas", y leyendas que la identifican con Rodophis, una cortesana que vivió el cuento de Cenicienta cuando un ave robó su sandalia mientras se estaba bañando y la dejó caer en el regazo rey de Menfis, que buscó hasta encontrar a la poseedora del delicado pie que había calzado la zapatilla. Pero también se la relacionó con una malvada Rhodophis, cuyo espíritu ronda desnudo la piramide de Gizeh, llevando a la perdición a quien se prenda de su belleza. Si tuviera el carácter de la pérfida, puede que fuera cierta la legendaria venganza de Nitocris por la muerte de su marido. Herodoto contaba que sentó a la mesa a los asesinos y mandó inundar la sala donde se disponían a deleitar un banquete. Luego Nitocris suicidó arrojándose a brasas dientes.

Las mujeres reinaron sólo en épocas de crisis

Tanto Nitocris como Sobeknefrure y Cleopatra, ocuparon el poder en Egipto en épocas de crisis y las dos primeras duraron muy poco tiempo (dos y cuatro años respectivamente).
Por otro lado Sobeknefrure, que no se sabe si era hermana o esposa de Amenemhat IV, parece haber sido una monarca discreta y prudente y nunca se colgó la barba de faraón.

Hatshepsut era distinta y, al rememorar su vida aquel primer día de la Fiesta de Jubileo, no podía menos que maravillarse de su propia biografía. Uno de sus recuerdos más vívidos era aquel día en Karnak que, con nueve años y acompañada de su madre Ahmes, del visir Ineni y de los hermanos que nunca llegaron a crecer, vieron llegar a su padre, que volvía victorioso después de un año de guerra. Uno de los jefes del ejército, el almirante Ahmose, describió el paseo del faraón en barco por el Nilo, con el cuerpo del vil príncipe nubio enemigo colgado boca a abajo, atravesado el pecho por una flecha disparada por él mismo.
Tras aquella demostración del poder y el valor de Tutmosis I, la bondadosa nodriza Inet, una auténtica madre para Hatshepsut, se llevó a todos los jovencitos de cabeza rapada a la escuela del templo de Amón, donde los sacerdotes los educaban, junto a otros niños de la corte. Allí, Hatshepsut copiaba y memorizaba doctrinas y era instruida en el culto religioso, lo que completaba las enseñanzas de protocolo, administración y buenos modales seguramente impartidas por su madre Ahmes. Hatshepsut se había enfrentado a la realidad desde niña. A sus 12 años ya habían muerto sus dos hermanos menores y el mayor y heredero del trono. Ella era la única hija viva de Tutmosis I y Ahmes y tenía la desgracia de haber nacido mujer. Por eso, Tutmosis nombró como heredero a un hermanastro de Hatshepsut, el hijo que había tenido con la concubina probablemente de sangre real Mutnofret, y se lo dio a ella por esposo. Debía reinar con el nombre de Tutmosis II y a Hatshepsut le quedaban los títulos de Hija del Rey, Hermana del Rey, Esposa del Rey y Gran Esposa del Rey. "En Egipto no existía el concepto de reina, sino el de gran esposa real, que convivía con el faraón junto a otras esposas reales que no son grandes, y a las que en ocasiones se las llama concubinas"

Coronan rey a su hermanastro Tutmosis II

Los títulos que recibía la adolescente Hatshepsut coincidían con el significado de su nombre: "la más noble de las damas". Y si son realmente biográficos los relieves del templo de Deir-el Bahari que ella mandó después construir, había acudido con su padre -¿como una aprendiza?- a algunos ritos religiosos que se desarrollaban en los templos desperdigados por el Nilo.
La muerte de Tutmosis I hacia el 1483 a. de C. fue el único hecho desgraciado de aquella época. Tutmosis II fue coronado inmediatamente y recibió los nombres de "el Horus Viviente, el Dios Bueno, el Hijo de Ra, el Gran Dios, el Señor del Horizonte, el Rey del Alto y del Bajo Egipto". No todos estaban conformes, las sublevaciones nubias en el sur del país habían sido e iban a ser constantes. El faraón envió sus tropas a reprimir las ansias independentistas, pero, al contrario de su padre, no se puso al frente de ellas. ¿Se lo impidió tal vez una precaria salud? ¿Qué circunstancia impulsaba a Tutmosis II a no actuar como sus predecesores y sucesores?
En esta época, Hatshepsut "parece que fue una mujer de comportamiento modesto y totalmente convencional, aceptó los títulos y dejó que la retrataran prestando el debido apoyo propio de una esposa a su maridó", escribe Joyce Tuldesley en su libro Hijas de Isis. Mientras la figura de Tutmosis II quedaba muy desdibujada, su esposa, fértil como las tierras que baña el Nilo, cumplió pronto su principal obligación de tener hijos. Sólo había un problema: que los dos retoños que nacieron también eran mujeres, Neferure y Meritra-Hatshepsut. De nuevo el sexo femenino aparecía como una maldición en su vida y no puso objeción a que Tutmosis II nombrara su heredero a un pequeñísimo infante también llamado Tutmosis, que era hijo suyo con la concubina Isis. Pero nada sucedió como estaba previsto porque había alguien muy especial en aquella familia: ella.
Al final del segundo año, Hatshepsut empezó a acaparar poder. Ineni lo contó así: "Tutmosís II se dirigió al cielo y se unió con los dioses. Su hijo se erigió en su lugar como rey del Doble País. Reinó sobre el trono de quien lo engendró. Su hermana, la Esposa Divina Hatshepsut, dirigía los asuntos del país de acuerdo con su propia voluntad".

Retratada con ropas de hombre

"Su toma del poder fue tanto un acto de ambición personal como un mecanismo de defensa dinástica.
Para Hatshepsut, ella era el único rey auténtico por derecho de sangre, descendiente directa de Amón. Tutmosis III, en cambio, era sólo un bastardo, a quien la ley sólo podía hacer rey secundario."
El país caía rendido a los pies de alguien que no ocultaba su sexo, pero que se hacía retratar con ropas de hombre y barba de faraón. Y para que todos supieran quién era, adoptó el nombre real de Maatkare. El maat significaba para los egipcios la idea de la estabilidad, la justicia y la verdad. El faraón era precisamente el encargado de velar para que el desorden, en permanente acecho, no destruyera el maat. El faraón, un auténtico dios en la tierra que poseía los principios masculino y femenino en sí mismo, no podía ser otra cosa que un hombre, aunque ninguna ley escrita lo dijera.
Fue excepcional el hecho de que Hatshepsut se autotitulara Maatkare y de que escribiera: "Soy en verdad su hija -la del dios padre Amón-, que le sirve y conoce lo que él ordena". "Las razones hay que buscarlas en el hecho de que Tutmosis I es el iniciador de una nueva tradición dinástica que su hija se ve obligada a continuar tras su muerte y la de su medio hermano y marido. El hecho de que ella desempeñara el cargo sacerdotal de esposa del dios, depositaria de cieta legitimidad religiosa es fundamental.
Algunos de sus coetáneos la odiaban tachándola de ambiciosa, pero también obtuvo apoyos; los sacerdotes del templo le agradecieron que elevara a Amón sobre otros dioses, y en la corte, su incondicional Hapuseneb relevó al anciano INEN. De todos los que la rodeaban, hubo alguien especial. Se llamaba Senenmut y, a pesar de no ser aristócrata, llegó a Superintendente de los Aposentos Privados, Jefe de los Trabajos Reales, Administrador de la Reina, Padre de la Hija Real Neferure y una docena de cargos más
.
Senenmut pudo ser su amante

¿Fue de verdad el compañero en la vida real de una mujer que estaba desposada con dios? Nunca lo sabremos porque habría sido necesario entrar en su alcoba, pero es bastante probable que el favorito fuera su amante. Hatshepsut debía guardar oculta su naturaleza humana, pero Senenmut no era tan discreto, se responsabilizó de la construcción de los monumentos más importantes de Tebas aunque no era arquitecto, fue el tutor de su hija mayor Neferure, se edificó una tumba junto a la de Hatshepsut y tuvo la "osada decisión de decorar el techo con motivos astronómicos, aunque sólo los reyes tenían el derecho de usar la iconografía astral", escribe Begoña del Casal en su libro Hatshepsut, la primogénita del dios Amón.
La situación durante la Fiesta de Jubileo no dejaba de ser chocante. Mientras ella se vestía para ser Confirmada como faraona, tenía presente que el joven Tutmosis III, su sobrino e hijastro, también era el faraón. Y existía una joven, su hija Neferure, que además de prometida de Tutmosis III, podría heredar el trono de ella. Los que tildaban de ambiciosa a Hatshepsut decían que Tutmosis III odiaba a su tía regente. Sin embargo, podría haberla relevado de su puesto cuando ya tenía la edad suficiente para gobernar solo y no lo hizo. "Mi opinión es que Tutmosis III no la vio como rival dice esto sucedió 20 años más tarde. Y además de huellas arquitectónicas indelebles Hatshepsut dejó a las civilizaciones posteriores la idea de que no hay nada imposible, ya que una mujer, hace 3.500 años, pudo llegar a ser dios.

martes, junio 25, 2013

La Recompensa del Desierto

Hace mucho tiempo había un joven comerciante llamado Kirzai, cuyos negocios lo obligaron a viajar un día al pueblo de Tchigan, situado a doscientos kilómetros de distancia. Por lo común, el habría tomado la ruta que seguía el borde de las montañas, lo que le habría permitido hacer la mayor parte del viaje protegido del sol.
Pero en esta ocasión, Kirzai sufría la presión del tiempo. Era urgente que llegara a Tchigan lo mas pronto posible, de modo que decidió tomar el camino directo a través del desierto de Sry Darya. El desierto de Sry Darya es conocido por la intensidad de su sol y muy pocos se atreven a correr el riesgo de cruzarlo. No obstante, Kirzai dio de beber a su camello, lleno sus alforjas y emprendió el viaje.
Varias horas después de partir empezó a levantarse el viento del desierto. Kirzai refunfuño para sus adentros y apuro el paso del camello. De repente se detuvo, estupefacto. A unos cien metros delante de el se levanto un gigantesco remolino de viento. Kirzai nunca había visto nada semejante. El remolino arrojaba todo en derredor de una extraña luz purpúrea y hasta el color de la arena había cambiado. Kirzai titubeó. ¿Debía hacer un largo rodeo a fin de evitar esa extraña aparición o debía seguir siempre derecho? Kirzai tenia mucha prisa, sentía que no disponía de tiempo para tomar el camino más lento, de modo que agachó la cabeza, encorvó los hombros y avanzó.
Para su sorpresa, en el momento en que penetró en la tormenta todo se volvió mucho más calmo. El viento no azotaba ya con tanta fuerza contra su cara. Se sintió contento de haber tomado la decisión correcta. Pero de pronto se vio obligado a detenerse otra vez. Un poco más adelante, un hombre yacía estirado sobre el suelo junto a su camello acuclillado. Kirzai desmonto de inmediato para ver que pasaba. La cabeza del hombre estaba envuelta en una chalina, pero Kirzai vio que era viejo. El hombre abrió los ojos, miró con atención a Kirzai durante un instante y después habló con un susurro ronco.
-¿Eres .... tú? Kirzai rió y sacudió la cabeza. -¿Qué? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tu anciano, ¿quién eres? El hombre no dijo nada. -De todos modos -continuó Kirzai- , Tú no estas bien. ¿Adonde vas? -A Givah -suspiró el viejo-, pero no tengo más agua.
Kirzai reflexionó. Sin duda podía compartir un poco de su agua con el anciano, pero si lo hacia se arriesgaba a quedarse sin agua él mismo. Sin embargo, no podía dejarlo así. No se puede dejar morir a un hombre sin echar una mirada atrás. "Al diablo con mis planes -pensó Kirzai- , sólo necesito encontrar mi camino hasta el sendero que corre a lo largo de las montañas, en caso de necesitar más agua. ¡Una vida humana vale mucho más que un compromiso de negocios!" Ayudó al viejo a tomar un poco de agua, llenó una de sus cantimploras y después lo ayudó a montar su camello.
-Sigue derecho por ese camino -le recomendó mientras apuntaba con el dedo- y en dos horas estarás en Givah. El anciano hizo una señal de agradecimiento con las manos y antes de irse miró un largo rato a Kirzai y pronunció estas extrañas palabras: -Algún día el desierto te recompensará. Entonces acicateo a su camello en la dirección que Kirzai le había indicado. Kirzai continuó su viaje. La oportunidad que lo esperaba en Tchigan sin duda estaba perdida, pero se sentía en paz consigo mismo.
Paso el tiempo. Treinta años después, los negocios llevan a viajar a Kirzai de continuo de una parte a otra entre Givah y Tchigan. No se había hecho rico, pero lo que ganaba era suficiente para proporcionar una buena vida a su familia. Kirzai no pedía mas que eso.
Un día, mientras vendía cueros en la plaza del mercado de Tchigan, se enteró de que su hijo estaba enfermo de gravedad. Era urgente que fuera a verlo de inmediato. Kirzai no vacilo. Recordó el atajo a través del desierto que había tomado treinta años atrás. Dio agua a su camello, llenó sus cantimploras y partió.
A lo largo del camino libró una batalla contra el tiempo, azuzando sin cesar a su camello. No se detuvo ni disminuyo la marcha mientras bebía agua, y por esas razón ocurrió el accidente. La cantimplora se le cayo de pronto de las manos y antes que pudiera bajarse para recuperarla, el agua desapareció en la arena. Kirzai profirió una maldición. Con una sola cantimplora llena era imposible cruzar el desierto. Pero al pensar en su hijo, el viejo se obligo a seguir adelante.
-¡Tengo que hacerlo! ¡Lo haré!
El sol del desierto de Sry Darya es despiadado. Le importa poco por qué o para qué fines un hombre trata de desafiar sus rayos, arde inexorablemente siempre con la misma fuerza e intensidad. Kirzai pronto comprendió que había cometido un gran error. Se le resecó la lengua y la piel le quemaba. La única cantimplora restante ya estaba vacía. Y ahora, para su desazón, vio que empezaba una tormenta de arena. Kirzai se envolvió la cabeza con su chalina, cerro los ojos y dejo que el camello lo llevara adelante a donde fuera. Ya no era conciente de nada. Un gigantesco remolino de viento se levantó frente a él. Despedía una suave luz purpúrea, pero Kirzai seguía inconsciente y no vio nada. Su camello entró en el remolino de viento, avanzó unos pocos pasos y entonces, en forma abrupta, se sentó. Kirzai cayo al suelo. "Estoy terminado -pensó- ¡Mi hijo nunca volverá a verme!"
De repente, sin embargo, dio un grito de alegría. Un hombre montado en un camello avanzaba hacia él. Pero cuanto más se acercaba el hombre, tanto más la alegría de Kirzai se convertía en estupefacción. Este hombre que ahora desmontaba de su camello .... ¡Kirzai lo conocía! Reconoció su propio rostro juvenil, sus ropas .... ¡y hasta el camello que montaba! Un camello que el mismo había comprado por dos valiosos jarrones muchos años antes.
Kirzai estaba seguro: ¡ el joven que venia a ayudarlo era él mismo ! ¡ Era el mismo Kirzai tal como era treinta años antes !
-¿Eres .... tú? -balbuceo Kirzai con un susurro ronco. El joven lo miro y rió. -¿Qué? ¡No me digas que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya? Pero tú, anciano, ¿quién eres? Kirzai no contestó. No sabia que hacer. ¿Debía decirle al joven quien era, o no decir nada? Mientras tanto el joven continuo: -De todos modos, tú no estas bien. ¿Adonde vas?
-A Givah -respondió Kirzai-. Pero no tengo mas agua.
Kirzai vio que el joven reflexionaba en silencio acerca de la situación y supo con exactitud lo que pasaba por su mente: ¿debía ayudar a Kirzai o continuar para atender sus propios asuntos? Pero Kirzai también supo cual seria la decisión y sonrió al observar que el joven le ofrecía un trago de agua. Después, el joven le lleno la cantimplora vacía, lo ayudo a montar su camello y apunto con un dedo.
-Sigue derecho por ese camino y en dos horas estarás en Givah.
El viejo Kirzai miro un largo rato al joven que alguna vez había sido él mismo y le hizo una señal de agradecimiento. Hubiera deseado hablar con él de muchas cosas, pero solo logro encontrar estas palabras: -Algún día el desierto te recompensará. Y entonces partió de prisa hacia Givah, donde lo esperaba su hijo. Kirzai llego a ser un hombre sabio, respetado por todos. Y cuando contaba este extraño cuento, todos los que lo escuchaban le creían. Desde aquellos tiempos, el desierto de Sry Darya ha sido conocido con el nombre de Samavstrecha, que quiere decir:
El desierto donde Uno se encuentra a Sí Mismo.

El Alfabeto Angélico



Según la antigua tradición judía, el hebreo es el lenguaje más comúnmente usado por los ángeles para comunicarse con los seres humanos y de acuerdo a las investigaciones realizadas, no solo los ángeles sino Dios mismo usaron este idioma. Se dice que debido a la explosión de lenguajes, los ángeles, que son los emisarios de Dios en la Tierra, desarrollaron la habilidad de hablar múltiples idiomas y se dice que Gabriel, Metratón y Zagzaguel pueden hablar setenta idiomas.
La tradición cabalística, enseña que los ángeles tienen su propio idioma el cual aunque muy parecido al hebreo, tiene sus características especiales. El alfabeto angelical no tiene vocales, las cuales son identificadas por ciertas puntuaciones debajo de las letras angelical, es decir que las puntas de cada letra terminan en pequeños círculos. Nadie puede explicar por que terminan así, pero se cree que los círculos se utilizan para contener la inmensa energía angelical de la cual están impregnadas las letras.

Existen varias versiones del Alfabeto Angelical y se conocen como el Alfabeto Tebano, el Alfabeto Angelical o Celestial, el Alfabeto Malachim, también conocido como escritura Angelical o Escritura Real y el Alfabeto del pasaje de las Aguas.
Para poder comparar el alfabeto hebreo con los angelicales es preciso recordar que el hebreo se escribe de derecha a izquierda y es por eso que las tres versiones del alfabeto angelical debes ser leídas de derecha a izquierda también.

Importancia de las Puertas y Ventanas en el Arte del Feng Shui

Puertas y Ventanas enfrentadas

Según el Feng Shui las puertas se son verdaderas entradas de energía, por lo que si tenemos una puerta y una ventana enfrentadas la energía se dispersa. Hay que evitar que puertas y ventanas estén enfrentadas para que la energía fluya correctamente.

¿Por qué puede ser negativa una puerta enfrentada a otra puerta o a una ventana?
¿Qué clase de energía circula entre ellas? ¿Cómo puede afectarnos?
No se trata de que una energía misteriosa circula por la casa entre las puertas y las ventanas.
El Chi depende de nuestras percepciones: una viga emana "chi negativo" cuando hay alguien debajo que la percibe como amenaza.
Cierta vez visitamos un departamento pequeño, en un piso alto, con grandes puertas ventana enfrentadas a la puerta de entrada, que conducían a un jardín terraza con vista muy amplia, ya que no tenía edificios altos cercanos. Era un día de primavera, los ventanales estaban abiertos y apenas entramos al departamento, nuestros pasos nos condujeron casi sin darnos cuenta a la terraza, es decir, afuera. La dueña del departamento era una joven que, aunque estaba feliz por haber adquirido "casa propia", tenía la sensación de que "no iba a quedarse mucho tiempo allí". Un hermoso ejemplo de la relación persona espacio y de "Chi rápido".
Nuestra percepción era fuertemente atraída por el exterior, mientras que el interior, que era pobre en colores y atractivos, quedaba "desvitalizado". Solución: fortalecer el espacio interior y crear algunas barreras visuales (con cortinas y plantas) frente a las ventanas. No hicieron falta ni cristales facetados ni campanas tubulares. Ella todavía vive allí, le va muy bien y está muy contenta con su casa.
El Chi negativo o "Sha"
En primer lugar circulan infrarrojos (calor), ya que puertas y ventanas siempre son los puntos débiles del cerramiento a nivel térmico (esto se puede ver con termografía).
En segundo lugar circula una corriente iónica (como podemos ver en el artículo de "Las Fuentes" en el aire hay iones negativos y positivos).Lo mismo ocurre con la circulación de la tensión eléctrica, sobre todo de los vidrios que crea un flujo eléctrico, medible con un ionómetro o un galvanómetro sensible.
Y en tercer lugar corrientes de aire, en respuesta a las diferencias de presión interior - exterior, pues no existen puertas ni ventanas absolutamente herméticas (anemómetro, barómetro). Además podríamos considerar el trazado invisible, pero real, de los recorridos potenciales de personas y cosas, circulación que todo arquitecto considera necesaria para entrar y salir, como una fuente de energía potencial (latente), que se manifiesta cuando entramos por la puerta, o abrimos una ventana. Todo esto, obviamente, puede ser percibido como una amenaza por un durmiente, si se sitúa bajo una ventana.
TODO lo que lean acerca de la circulación del Chi se puede llevar a términos simples, relacionados con la percepción y la atención. No hace falta un sexto sentido para percibir al Chi, hagan la prueba.

lunes, junio 24, 2013

Chamanes... Ciencia y Amanecer Transpersonal



"El que sabe no habla,
el que habla no sabe"
Lao Tse

Una Importantísima Advertencia
¿Cómo pudo Lao afirmar esto y después escribir un libro?...
Lo que seguramente nos quería advertir este sabio es que el lenguaje solo puede enfocar una parte de la verdad cada vez y por lo tanto toda afirmación es parcial e inadecuada para trasmitir la verdad. Cuando miramos una montaña desde la base solo podemos ver uno de sus lados, resultando que para ver el otro lado tendremos que mudarnos a un punto desde el que éste sea visible, pero jamás veremos los dos a la vez. Con la palabra; la maravillosa y tramposa palabra, ocurre lo mismo, es hija y madre de la razón y al ser como ella habitante del mundo de la dualidad, solo puede mostrar dividiendo, acotando y etiquetando; transformando así realidades vivas y complejas en conceptos muertos, (como lo comprobaría el hambriento que tratara de alimentarse de la palabra "pan"). Sin embargo, por otro lado la palabra nos permite entre otras muchas cosas, desarrollar nuestra mente y trazar mapas irremplazables para navegar por la realidad.
Por eso, tal como nos muestra el bueno de Lao, debemos ser concientes de las limitaciones del lenguaje para a continuación valernos de él todo lo que sea necesario, pero evitando siempre confundir la realidad con nuestros conceptos de la realidad. Dicho esto y recalcando a riesgo de ser redundantes que todas las afirmaciones, empezando
por las que se harán en este libro, son relativas y matizables, expondremos a continuación algunas ideas para contextualizar la psicología transpersonal.

De los albores al racionalismo
Cuando en la prehistoria los seres humanos luchábamos por la supervivencia en África o en Java, adjudicábamos todo lo relacionado con la salud y la enfermedad a factores sobrenaturales, y eran los dioses, los espíritus o los antepasados muertos los que nos salvaban o condenaban, generalmente en función de lo mas o menos "aplacados" que se sintieran tras las ofrendas, que iban desde un simple conjuro hasta sacrificios humanos. Paralelamente, y gracias a la benevolencia de estos poderes accedíamos a plantas y otros medios curativos que nos eran "regalados" por ellos, remarcando de este modo
nuestra dependencia de esos poderes sobrenaturales. Así vista la realidad, todo el poder de sancionar sobre lo correcto y lo erróneo en medicina recaía sobre la autoridad religiosa, (chamanes al principio, iglesias mas tarde) que siempre atentos vigilaban con recelo cualquier desarrollo o evolución que pudiera cuestionar el dogma. Este estado de cosas duró en occidente desde los albores citados hasta la edad media con periodos muy concretos de honrosa excepción, como la Grecia clásica o el Islam de ciertos momentos históricos cuando obedecía la máxima de cultivar el conocimiento por
encima del prejuicio. Faltaba entonces mucho para que la Psicología pudiera ser aceptada en occidente como una disciplina independiente, ya que todo su ámbito era "ocupado" por un fundamentalismo que obteniendo su fuerza de la legítima necesidad religiosa del hombre, (en el sentido de re-ligio, es decir re-ligar al hombre con el Universo) aprovechaba para erigirse como representante exclusivo de Dios en la tierra y reprimir todo disenso. Sin embargo esto cambió cuando ante el cisma de la iglesia cristiana que supuso la reforma, la infalibilidad del dogma y la legitimidad divina de la iglesia fueron cuestionadas efectivamente por primera vez, provocando en la Europa medieval una grave crisis de referentes culturales. Tras una natural confusión inicial, se generó en aquella sociedad ese estado de "menor
condicionamiento mental" que parece ser el requisito necesario para permitir y estimular el despertar del siguiente escalón en la evolución mental y que en este caso fue el nivel de la racionalidad. Al periodo que este acontecimiento inaugura lo denominaremos por comodidad, etapa racionalista. Esta nueva libertad para razonar que la sociedad se adjudicaba a sí misma fue especialmente aprovechada por las ciencias naturales (en adelante modelo y paradigma de todo
lo científico) para crecer y desarrollarse, siendo el redescubrimiento de Hipócrates la base del surgimiento de la medicina moderna tal como la conocemos ahora, a pesar de lo diferente que pueda aparecer hoy, enriquecida por un lado por la investigación y la técnica, y empobrecida por otro a causa de lo que daremos en llamar "reduccionismo
alopático", fenómeno producido solo en parte por el "pensamiento único" instaurado por la propaganda exitosa de la industria farmacéutica y sus "lobbys". La ciencia, que había logrado grandes avances antes de la edad oscura que significo el pensamiento único impuesto por las instituciones religiosas durante el medioevo, se sirvió de las traducciones de los clásicos griegos que, tras haberse conservado en idioma árabe, fueron volcados nuevamente a lenguas europeas por los traductores de la escuela medieval andaluza, que existió como fruto de un espacio donde gracias a la
convivencia pacífica de tres religiones, Judía, Cristiana y Mahometana, hubo un resquicio de pensamiento no-hegemónico que permitió la tolerancia de la diversidad y el florecimiento de las ideas El acceso a estos documentos sumados a otros aportes, por ejemplo las doctrinas esotéricas (astrología, alquimia, etc.) que habían resistido la persecución religiosa "ocultas" en círculos muy minoritarios, ( de ahí el apelativo de "ciencias ocultas") permitió a los pensadores europeos de aquella época impulsar el desarrollo de una ciencia que llegaría con el tiempo a ser la ciencia que conocemos hoy.

Hegemonía del "Cientificismo"
A partir de ese momento el imperio de las iglesias y en general, la explicación de todo a partir de lo sobrenatural pierde su hegemonía absoluta y empieza a compartir el poder ideológico con el que estaría destinado a ser el nuevo polo hegemónico; el pensamiento "cientificista", ( no confundir con "científico" ). Este pensamiento, que obtiene su fuerza del formidable éxito que estaba teniendo la ciencia a la hora de transformar el mundo material, se ve a sí mismo como el guardián de la "pureza científica" ante la irracionalidad humana, pero como sucede a menudo en estos casos, tras tan pretenciosa misión se esconde un pensamiento tan reduccionista y dogmático como aquel al que busca oponerse, siendo en ese sentido reflejo pendular del absolutismo religioso y que viene a decir algo así como: "si no se puede ver, ni
medir...no existe!" mientras que una postura verdaderamente científica diría "si no se puede ver, ni medir....carecemos de datos para afirmar que exista o que no exista" (de hecho la historia de la ciencia esta jalonada por la aparición de objetos de estudio que hasta ese momento no podían ni verse ni medirse, como los microorganismos, las ondas de radio, etc.) Si bien este fundamentalismo materialista alcanza su apogeo con Marx y su "materialismo científico", su influencia hegemónica condiciona el desarrollo del pensamiento occidental durante décadas, y es justamente durante este ciclo cuando la medicina se reconfigura, abandonando los postulados holísticos de Hipócrates que afirmaba cosas
tales como "que tu alimento sea tu única medicina y que tu medicina sea tu único alimento" o "antes de tratar a un enfermo pregúntale si esta dispuesto en el futuro a evitar las causas que provocaron su mal, en caso de que la respuesta sea negativa abstente de ayudarlo". Estas afirmaciones que como todas son relativas y matizables muestran una tendencia a ver al enfermo y su contexto como una totalidad, mientras que la medicina occidental dio un giro de 180 grados a esta línea para llegar a través de análisis cada vez mas parciales (en el sentido de ver solo la parte) a la hiperespecialización médica actual, que en los hechos, parece considerar mas "científico" el trabajar solo con el cuerpo físico, y mas aun solo con un sistema por vez (cardiaco, endocrino, etc.), y mas "científicamente razonable" priorizando las "armas tecnológicas de última generación" (fármacos sintéticos, cirugía, radioactividad etc.), mientras que se ignoran los principios hipocráticos que se abanderaron y se subestiman también las numerosas evidencias sobre la nocividad y toxicidad de los tratamientos químico-sintéticos, radiológicos. etc. respecto de los tratamientos naturales. Es dentro de esta medicina, (cientificista, además de mas o menos científica) y mas específicamente dentro de la rama que abarca las llamadas enfermedades mentales, la psiquiatría, donde el conocimiento de lo psicológico empezó a verse como algo digno de ser considerado, y hasta se le adjudico un cierto valor práctico como recurso clínico para el tratamiento de problemas mentales.

El reconocimiento de la Psicología
En este nuevo status de la Psicología tuvo mucho que ver el psicoanálisis, que en la primera parte del siglo xx se desgajo de una psiquiatría que se limitaba por entonces a etiquetar síntomas, clasificar delirios y crear categorías y subcategorías gnoseológicas de complejos nombres, mientras que sus tratamientos eran a menudo mas polémicos que eficaces (chaleco de fuerza, sedación química, electroshock, lobotomía, shock insulínico, etc.) Al buscar y encontrar la escuela psicoanalítica respuestas y recursos clínicos dentro de la psicología humana, excede el marco estrecho de la psiquiatría de su tiempo e incorpora definitivamente, aunque no sin grandes resistencias, la consideración de los
niveles psicológicos de la realidad humana al cuerpo doctrinal de la ideología científica, arañando desde entonces un espacio de desdeñosa aceptación para la psicología dentro del "dogma" cientificista. Desde el cisma que significó la reforma, hasta hoy, los dos pensamientos hegemónicos, el religioso y el cientificista, han mantenido una verdadera guerra, a veces violenta, (persecución de Giordano Bruno, Galileo, etc.) a veces muy tensa (permanente conflicto
entre creacionistas y evolucionistas en el sur de EE.UU., etc.) pero siempre y como mínimo una guerra fría . Esta situación había hecho muy difícil la existencia de pensamientos no-alineados y en este sentido es también meritorio el papel del psicoanálisis, porque por un lado obligó al cientificismo a expandir su tolerancia ante la existencia de entidades abstractas en los modelos teóricos, (por ejemplo el inconsciente, el superyó, etc.,) al tiempo que también obligo a las instituciones religiosas tradicionales a compartir el espacio de las "creencias populares" con un incómodo vecino que ofrecía explicaciones alternativas sobre la realidad interior del hombre, terreno este que hasta ese momento había sido espacio exclusivo de las religiones. Vemos entonces en esta retrospectiva como para trascender el modelo hegemónico que situaba al hombre dentro de un dogma religioso, el pensamiento occidental debió comenzar en el análisis de las cosas, y solo después, tras comprobar el éxito de su aventura independiente, pudo repensar al hombre desde su reconquistado espacio de libertad intelectual, pero esto fue a su vez un escalón que le conduciría aun mas allá,
hasta una nueva concepción del hombre en el universo, y ya mas recientemente, en los albores del tercer milenio, a la identidad entre el universo y el hombre.

El fin de las hegemonías
Tenemos ahora que volver a recordar a Lao Tse, que también afirmba que el que dice la verdad parece tartamudo, y eso es exactamente lo que parecemos al afirmar que si bien el análisis del hombre sobre su condición vuelve aquí al punto inicial, no vuelve en realidad al punto inicial.....Esto es así porque en cierto sentido volvemos a estar donde empezamos, es decir viendo al hombre como parte de un orden universal respecto del cual no tiene existencia independiente, por lo cual sería engañoso y hasta peligroso considerarlo separadamente, que es exactamente lo que nos advertía el pensamiento religioso tradicional, pero nuestro movimiento no ha sido circular sino que hemos dibujado una espiral ascendente, por lo que no estamos donde empezamos sino que hemos dado un salto cualitativo y la situación siendo muy similar, es totalmente distinta, (Cuanta razón tenia Lao!).
Esta vez ya no hay poderes terrenales que nos tutelen y se ocupen "policialmente" de evitar que nuestra alma se extravíe eternamente. Esta vez podemos reflexionar juntos sobre la Verdad , sea esta la que sea y este donde este, siguiendo las evidencias y explorando las intuiciones sin tribunales inquisidores, ni religiosos ni cientificistas, pues tampoco estamos obligados ya a aceptar crueles experimentos (como medir el tiempo que tarda en "dar su vista por la ciencia" un conejito al que, inmovilizado en un cepo se le aplican químicos sobre los ojos para medir el factor de irritabilidad de un cosmético por ejemplo) o temer ser descalificados como "anticientíficos" si reivindicamos la
compasión como un elemento insoslayable en los niveles éticos y deontológicos de la ciencia. Soplan vientos de cambio...y esto sucede por muchas razones, entre las que destacaremos el hecho de que todo funciona por ciclos, y así como el dogmatismo religioso perduro hasta que se resquebrajo y dividió por la esclerotización de sus estructuras
tras su larguísimo reinado, el fundamentalismo racionalista tuvo su apogeo y ahora presenciamos su decadencia, motivada en gran medida por el desastre ecológico que la ciencia materialista esta provocando en nuestra madre tierra, como por el equivalente desastre que en la salud humana están provocando el uso indiscriminado de productos químico-sintéticos usados como medicinas, como aditivos en los alimentos, como agroquímicos etc., y siempre como consecuencia de una visión miope que solo considera válido lo inmediatamente verificable, mientras se niega a aceptar el principio
de la interconexión universal de los procesos, al punto que hasta hace poco calificaba de anticientífico a quien relacionaba por ejemplo alimentación y cáncer o que aún hoy descalifica a quien denuncia la relación entre la ingesta masiva de medicamentos sintéticos y el aumento de las probabilidades de aparición del cáncer.
Esta evidencia pública de los daños que acarrea el reduccionismo cientificista junto con su desvergonzada ceguera ante la crítica, aceleran el fin de la dictadura del fundamentalismo racionalista, lo que deja a aquellos que no se conforman ya con ninguna fe ciega, ante un vacío de esquemas orientadores que si bien en un principio puede ser vivido como angustiosa desorientación, muestra pronto su verdadera naturaleza de "vacío de condicionamientos" indispensable para permitir el surgimiento natural del siguiente nivel de conciencia, que de hecho comienza ya a insinuarse tenuemente. Los primeros y débiles destellos de esta conciencia, en cuanto experiencia colectiva, fueron llamados por sus mentores con muchos nombres, (New Age, Era de Acuario, etc.) que son meros nombres pero que en todo caso señalan el incipiente despertar de potencialidades mentales superiores (en el sentido de que abarcan plenamente las facultades anteriores mientras comprenden cualidades y desarrollos nuevos) que significan el siguiente peldaño en la escala del desarrollo evolutivo de la mente y que, (paradójica-mente una vez mas) a medida que van insinuándose se muestran menos
"solamente mentales" y cada vez mas "integrales" en el sentido de integrar en una experiencia de Conciencia cada vez mas pura, aspectos de Intuición, Compasión, clarividencia, paz interior que es a la vez alegría y profunda confianza, etc.. Este estado evolutivo de la mente que la humanidad comienza ya a compartir contiene los primeros destellos de un desarrollo interior que siempre ha estado al alcance de quien lo buscara seriamente y que intenta aflorar como evolución de la conciencia individual y colectiva con la misma determinación y fuerza natural que impulsa al rosal
a florecer apenas las condiciones son minimamente favorables. Pero donde queda dentro de este análisis la cuestión de la medicina, la salud y la enfermedad?....y como se relaciona esto con la psicología transpersonal?...
Para aclararlo permítasenos volver momentáneamente al comienzo de nuestro análisis y hacer una pequeña recapitulación.

Otra vuelta de tuerca: profundizandola cuestión de la salud y la enfermedad
Vimos que en un principio la enfermedad era vista como la consecuencia de un "mal" producido por algún espíritu maligno, o la venganza de un antepasado que se consideraba inapropiadamente honrado, o el castigo por algún tabú roto, o cualquier incidente que se tradujera en que una "fuerza maligna" atacara al paciente. La cura por tanto debía provenir del favor de los "poderes buenos", que debidamente invocados y complacidos por el chaman a través de ofrendas y sacrificios rituales (animales, frutas, fuegos, etc.) libraban al paciente de su mal. Durante o paralelamente a este proceso, el chaman aplicaba tratamientos fitoterapéuticos junto con toda la batería naturopática que conociera, aunque esto siempre era considerado secundario respecto del ritual invocatorio y muchas veces estaba plenamente integrado en la ceremonia mágica que era considerada la parte mas importante. Cuando tras la breve primavera del período clásico (que ya había superado estos enfoques) volvió a Europa el invierno del oscurantismo, todo esto empeoró. A partir de entonces todo intento de influir sobre la salud humana por cualquier medio que no fuera la oración u otro método estrictamente religioso era calificado de brujería, con todos los riesgos que eso implicaba para el sanador.
De hecho, un altísimo porcentaje de los condenados a la hoguera lo eran por haber elaborado "pociones demoníacas" (en realidad decocciones de hierbas con fines medicinales) y habérselas administrado a otros o haberla consumido el mismo.
Por aquel tiempo la única figura "sanitaria" admitida era la del cirujano, ( rol que también existió siempre en las comunidades primitivas) que era aquel que sacaba muelas, cortaba miembros inutilizados por heridas de guerra, extraía flechas y a menudo cortaba pelos y barbas además de otros extras. Podemos decir entonces que tanto la enfermedad como la cura estaban "fuera" del paciente y la ayuda debía venir de un "invocador autorizado", la psicología no existía
como tal y los desórdenes psicológicos recibían el mismo "tratamiento" que los físicos. Con el advenimiento de la revolución científica el enfoque de la enfermedad varió notablemente y apareció la figura del médico cirujano, personaje que como continuador de un linaje dominaba y ejecutaba todas las tareas anteriormente enumeradas,
aunque ahora también administraba tratamientos médicos.
Estos tratamientos se orientaron al principio de acuerdo a las tradiciones naturopáticas y a las doctrinas esotéricas que en cada región habían sobrevivido a la "caza de brujas", gradualmente mezcladas con los conocimientos médicos contenidos en los clásicos que ya re-traducidos iban reapareciendo en escena.
En la medida que la ciencia fue mostrando su tremendo poder transformador sobre el mundo material y su prestigio fue en aumento, la medicina fue conformándose mas de acuerdo a su modelo. Este proceso no afectó solo a la medicina sino que abarco todos los aspectos del pensamiento de la época, al punto que las masas europeas, en proceso gradual de
alfabetización, fueron desarrollando una nueva fe supersticiosa e irracional respecto a que la ciencia traería la felicidad y el paraíso a la tierra, y que el dolor , la enfermedad y hasta la muerte, serían definitivamente derrotadas por la ciencia, mientras que los humanos viviríamos en un mundo de abundancia donde (según se creería mas tarde) hasta el trabajo mas sencillo sería hecho por robots.
A pesar de los numerosos cambios que esta nueva perspectiva implicó, se mantuvieron "curiosamente" vigentes algunos importantes esquemas; por ejemplo, durante este período, la salud y la enfermedad dejaron de ser vistas como el resultado de una lucha dada en una dimensión sobrenatural oculta e incomprensible para los no iniciados, entre un mal (la enfermedad) y los poderes del bien gracias a los buenos oficios de un hábil y sabio invocador (el chaman o sacerdote), para pasar a ser vistas como una lucha dada en una dimensión química oculta e incomprensible para los no
iniciados, entre un mal (la enfermedad) y los poderes del bien (la ciencia) gracias a los buenos oficios de un hábil y sabio conocedor y administrador de esos poderes (el médico) Las similitudes tampoco terminan aquí: si en el medioevo católico se recurría al sacerdote de la fe y tras confesar los males este "ponía" una oblea blanca en la boca
del paciente (hostia) que le erradicaría todo mal , en la medicina del siglo xx se recurre al sacerdote de la ciencia, el médico, que vestido con "sotana" blanca en vez de negra, tras escuchar la confesión de los males "pone" una oblea blanca (pastilla) en la boca del paciente que también le erradicará todo mal.
Tras dejar sentado que señalamos todo esto sin ánimo ofensivo, y con el solo propósito de mostrar similitudes que podrían bien ser solo casuales (si las casualidades existen), señalaremos aún otra similitud entre estos dos enfoques, y que es a nuestros ojos el núcleo de la cuestión. En ambos modelos las elecciones sobre asuntos que hacen a la propia vida o muerte, al logro del propio bienestar o incluso a la perspectiva de tener que padecer en vida la agónica y dolorosa disolución del cuerpo físico, estaban y están en manos de terceros a los que ha de entregárseles el propio destino con fe y sin cuestionamientos, ya que cualquier sugerencia sobre discutir caminos alternativos a los
"procedimientos oficiales" suele ser recibida por el ministro (de la ciencia o la religión) con una actitud que va desde un paternalismo comprensivo aunque disuasorio, a un abierto fastidio ante el "ignorante" que no sabe mantenerse en su sitio y que con sus irrespetuosos cuestionamientos esta poniendo en peligro la "eficacia misma del
proceso." Esta conducta, que se justifica por el hecho objetivo de que la fe es un factor curativo, además de estimular como señalábamos en el terapeuta una actitud paternalista, fomenta en el paciente una actitud pasiva, irresponsable e ignorante, impide la exploración de alternativas, y bloquea la evolución positiva de la situación de muchos
modos diferentes.

El reduccionismo Psicologista
Si la enfermedad primero era situada en lo sobrenatural y después en el cuerpo, que hay de la mente?...ya que si queremos situar la enfermedad en alguna parte de forma exclusiva, la mente es, como mínimo tan buen candidato como el cuerpo y lo sobrenatural. A partir del psicoanálisis la psicología conoció un extraordinario desarrollo a través de
variadas escuelas, algunas de las cuales, desgraciadamente demasiado lastradas de cientificismo, lograron desarrollar reflejos y condicionamientos útiles, (además de maltratar legiones de animales en experimentos a menudo poco compasivos ), mientras otras evolucionaron superando condicionamientos hasta elaborar aportes de mayor calado. Como consecuencia de este desarrollo general aparecieron análisis que detectaron y cartografiaron zonas de conflicto psíquico que generaban síntomas de descompensación mental, (cosa que ya había observado la psiquiatría y desarrollado el psicoanálisis clásico,) pero que yendo mas allá observaron como los conflictos psíquicos propiciaban y hasta generaban en casos concretos, enfermedades "clásicas" ( cáncer, asma, úlcera, etc.). Estos desarrollos, además de enriquecer a la psicología y a la medicina en general (creación de la especialidad en medicina psicosomática, etc.) dieron lugar en algunos círculos restringidos, generalmente de formación psicoanalítica o gestáltica, a la aparición de un fundamentalismo psicologista según el cual todos los desarreglos y enfermedades humanas tendrían su raíz en complejos y traumas que actúan desde lo inconsciente y la única cura posible vendría a través de la psicoterapia.
Este reduccionismo siempre fue marginal ya que estaba oculto por la mucha mayor popularidad del reduccionismo materialista en plena era del cientificismo.
Pero...porque surgen y cosechan adeptos estos reduccionismos?...
Por muchas razones, pero fundamentalmente porque en parte tienen razón.
Señalábamos al principio que el razonamiento especulativo solo puede enfocar una parte de la realidad por vez, y así por ejemplo, cuando los psicologistas señalan que un determinado trauma genera una determinada enfermedad pueden, en algún caso específico, estar tan cerca de la verdad como se puede estar cuando se hace una afirmación de ese tipo en la que solo se consideran unos factores en detrimento de otros...Sin embargo, estrictamente hablando no existen enfermedades sino enfermos, cada caso es único y en el intervienen infinitos factores que abarcan aspectos físicos,
psíquicos, espirituales y energéticos, (por solo nombrar algunos} y en cada caso en proporciones únicas.

La salud para la Psicología de la Unidad
Consideramos por lo tanto, y ya estamos hablando específicamente de psicología transpersonal, que si bien es natural privilegiar unos aspectos sobre otros cuando se hace un análisis, es reduccionista el pretender negar la naturaleza parcial de tal análisis, y desde ese punto de vista todas las ópticas tienen algo que aportar en mayor
o menor medida y todas yerran cuando pretenden tener "la exclusiva" aunque lo pretendan implícitamente. Llegamos así a dos conceptos importantes en psicología de la unidad, que son el concepto de ignorancia, a la que definiremos como "tomar la parte por el todo" y que será crucial en nuestro modo de aproximación a la verdad, y el concepto de complementariedad , según el cual todos los análisis no prejuiciosos de la realidad tienden a ser complementarios, aunque aparenten ser mutuamente excluyentes. Para nosotros entonces, la enfermedad no esta ni dentro ni fuera, ni en el cuerpo ni en la mente ni en ningún lugar ya que, al igual que la oscuridad es la falta de luz y no tiene existencia propia mas que como concepto, la enfermedad es la falta de plenitud vital (salud), y esa plenitud es afectada por infinidad de factores, pero todos forman parte de un proceso natural por el cual la naturaleza otorga a sus organismos la vitalidad y al mismo tiempo los pone a prueba por medio de agentes infecciosos, traumas físicos o psíquicos y otros medios agresivos cuyo fin específico es degradar la vida, y cuando esta llega a determinado nivel de debilidad transformarla en materia nutricia que sea a su vez sustrato de nueva vida .
Mantener esta vitalidad a través del deterioro natural que implica la vida en el plano material requiere de la consideración de múltiples factores y sobre todo de su armonización, proceso que solo será posible optimizar si el paciente asume el protagonismo de su propia existencia, y deja de esperar soluciones mágicas provenientes del
"poder oculto de los otros." En este sentido proponemos un modelo de relación hombre-medicina (médico-paciente)
radicalmente distinta al actual y que ilustraremos con una imagen: Cuando en el pasado un soberano debía resolver algún problema importante para su reino convocaba a sus consejeros, generalmente hombres de gran sabiduría y experiencia
que dominaban áreas diferentes pero complementarias entre si (geográfica, histórica, militar, política, etc.) para dar así al soberano una imagen lo mas completa posible de la situación a la vez que un espectro amplio de alternativas para la acción y sus posibles consecuencias. Lo que se esperaba de un buen gobernante era que escuchara atentamente a sus
consejeros y que después de evaluar cuidadosamente las alternativas decidiera con independencia de criterio la mejor opción para su pueblo.
Si un rey en cambio se limitaba a escuchar a un solo consejero y le obedecía sin atreverse a pensar por si mismo, poniendo así el destino de su nación en manos de este individuo, era inmediatamente considerado un mal soberano por no ejercer su derecho y su obligación a gobernar, al tiempo que se asumía que su país pagaría las consecuencias. Esta actitud; que nos entreguemos ciega y pasivamente a sus tratamientos, es la actitud que de un modo u otro han exigido históricamente al hombre (con breves y honrosas excepciones) todas ls escuelas terapéuticas hegemónicas y es también la
actitud pasiva que pregona la medicina tecnológica actual.
A la luz de la nueva conciencia comienza a hacerse evidente que es imprescindible una redefinición de roles, y si bien el pregonar esta necesidad no es patrimonio ni función exclusiva de la psicología transpersonal, es considerado por esta como una piedra angular en su propuesta que nos sugiere que, análogamente al rey de nuestro ejemplo, los seres humanos tenemos el derecho y la obligación de reinar sobre nuestros destinos, por lo que hemos de asumir que nuestra salud (y nuestra felicidad) son algo demasiado importante para ponerlas en manos de terceros y hemos de proceder como el rey de nuestro ejemplo, es decir que debemos escuchar prudentemente a nuestros consejeros (dependiendo del caso al alópata, al homeópata, al naturópata, al psicólogo, etc.,) para decidir luego por nosotros mismos el mejor curso
de acción. Podrá argumentarse que esto exige de los pacientes quizás mas de lo que estos puedan hacer bien (dada su falta de formación específica), y también que como la mayoría de las intervenciones terapéuticas requieren de un cierto nivel de entrega y confianza por parte del paciente para poder funcionar, la argumentación arriba expuesta
sería solo una de esas propuestas demagógicas que al ser poco prácticas terminan sirviendo solo para confundir y dificultar la puesta en práctica de lo que "realmente funciona" . Respecto de la primera objeción diremos que la responsabilidad por el propio destino es condición indispensable para avanzar por la vía que propone la psicología transpersonal, y esto vale tanto para el paciente, de quien se espera que se comprometa en un esfuerzo sistemático destinado a lograr la expansión de su conciencia y que comienza precisamente con el conocimiento y aceptación de la realidad tal cual es, como del terapeuta , quien no deberá dejar de practicar sistemáticamente la vía transpersonal (por lo menos mientras ejerza el rol de terapeuta transpersonal).
Respecto de lo segundo diremos que el modelo de relación terapeuta-paciente que fomentamos es un modelo simétrico, donde no hay por un lado un dueño de la verdad y por otro un ignorante que acude con la esperanza de beneficiarse de "tanto poder", sino dos compañeros de ruta que avanzan juntos. Lógicamente, como uno de los dos ha recorrido ya parte del camino que enfrenta el otro, puede y debe orientarlo, pero aun en esto el enfoque es diferente del habitual ya
que aquí el "modelo de terapeuta" no es alguien que conoce las respuestas y siempre tiene razón, sino alguien que se relaciona con el hecho objetivo de que siempre existirán dudas y problemas, de un modo cómodo, natural y desprovisto de dramatismo, despertando por resonancia (importantísima ley cósmica ésta) en el paciente la confianza básica de que mientras que en el ego existirán siempre preguntas, en la trascendencia de las identificaciones autolimitadoras estarán siempre las respuestas, y que mientras el tomarse demasiado en serio el propio melodrama interno e identificarse
con las preocupaciones del ego conduce siempre a una tribulación sin fin, el desidentificarse del ego y sus obsesiones para centrarse en un "humilde" solo serestar consciente, abriéndose a la empatía con todos los seres sintientes,(compasión)no conduce como algunos pudieran temer a una vida aburrida, despersonalizada y "muerta" sino que ( tras un período de adaptación con alguna, muchas o ninguna confusión y/o convulsión depurativa) conduce en el individuo a un desarrollo imparable de numerosas y maravillosas facultades (por ejemplo la fortaleza mental crece desde
el principio, determinado por relación somática una cada vez menor vulnerabilidad ante la enfermedad y un fortalecimiento espectacular del sistema inmunológico totalmente verificable), y que a medida que estas facultades despiertan, lo que hoy sentimos como preocupaciones "angustiosas e insuperables" van disolviéndose tal como se disuelve
la escarcha al salir el sol en un bello día de primavera.
De mas esta decir que esto requiere un proceso específico y la práctica sistemática de unas técnicas (la vía transpersonal) y debemos señalar además que esta vía es solo adecuada para aquellos que habiendo estructurado un ego minimamente sólido, puedan aspirar a la autotrascendencia, por lo que en principio son candidatos menos idóneos para esta terapia los niños, los adolescentes inmaduros, y los psicóticos en general, aunque como siempre cada caso es único y las generalizaciones son peligrosas.
Concluyendo entonces (momentáneamente) con la cuestión de la relación entre el terapeuta y el paciente, diremos que en nuestro modelo no solo no se espera del paciente obediencia ciega, sino que a menudo se les exhorta a seguir sus propios criterios en contra de la visión del terapeuta, con la convicción de que por un lado es de vital importancia que el individuo fortalezca su autoconfianza por encima de las influencias externas (modelo del buen rey) y por otro en la certeza de que cualquier acto, con la única pero insoslayable condición de que se realice "despierto", es en cuanto que pura experiencia consciente mas "definitivamente formador y transformador" que mil especulaciones.

La Maldición...

La historia que voy a contar, quizás de origen turco, es de una gran sabiduría:
En una pequeña y pacífica aldea, vive un sabio. Un día, de pronto, todas las gallinas caen muertas. Entonces los aldeanos van a ver al sabio y le preguntan:
-¿Qué dice usted de esto, es una maldición?
-No -responde el sabio- es algo bendito. No puedo decirles por qué, pero es para nuestro bien. Los aldeanos se van refunfuñando, diciendo que el sabio ya envejeció demasiado…. Al día siguiente todos los perros se desploman, paralizados. Los aldeanos regresan a ver al sabio.
-¿Y ahora, díganos, esto es bueno o es malo?
-¡Es bueno!
Al tercer día, todos los fuegos se apagan. No funcionan las cocinas, ni los hornos para el pan, ni las calefacciones, no pueden encender una antorcha. Corren otra vez a la choza del sabio.
-¡Ahora sí que es verdaderamente una maldición!
-¡No, es para nuestro bien!
- ¿Cómo puede decir que es bueno que nuestras gallinas mueran, los perros se paralicen y los fuegos se apaguen? ¡Se ha vuelto loco, ya no creemos en usted! En ese momento una banda de bandidos pasa cerca de la aldea. Todos los aldeanos se aterran pensando que serán robados. Se ocultan reteniendo lo más que pueden su respiración. Pero el jefe de los ladrones observa las calles vacías y dice: “No hay gallinas, no hay perros, no sale humo de las chimeneas, aquí no vive nadie. Vámonos”…. Y es así como los aldeanos se salvan de una muerte segura.
A veces nos suceden cosas que sentimos como una catástrofe.
Sin embargo, cuando tienes una gran pérdida, el mundo te da un bien mayor que no esperabas. La perdida y lo obtenido se equilibran. Pero, si no estás en la vía espiritual, todo lo que te sucede te parece totalmente nefasto, a semejanza de los aldeanos del cuento.
Si te privan de algo, pregúntate si no eres tú quien ha provocado esto, y dirás que, quizás eso sea para tu bien.
Así como los aldeanos pierden a sus animales y su fuego, nosotros, que vivimos en una época difícil, estamos perdiendo antiguas amarras que nos daban la seguridad. Estábamos atados a unas costumbres, a una moral religiosa, a una cultura, a unas ideas políticas, a un sistema económico. Todo esto nos ha decepcionado. El mundo ha entrado en crisis. Y los individuos también. El mundo, con sus leyes caducas, no nos pide nuestro parecer. Quienes acaparan el poder, no nos dejan ser lo que somos, nos obligan a ser lo que ellos quieren que seamos. Debemos luchar y trabajar para enriquecer a las grandes multinacionales. ¿Es esto una maldición? ¡No, es para nuestro bien!
Así como el gusano se retuerce para dar origen a una mariposa, la situación actual, donde hasta el planeta se menea, nos propulsa hacia un despertar inminente de la conciencia.
Aprendemos a ser libres, a desprendernos de todo lo que no es auténtico: osaremos demoler los límites inculcados en nuestra mente por culturas que durante siglos han vivido impidiendo el cambio, la mutación, para así, en nombre de la tradición, intentar esclavizarnos. Entre la dispersión subjetiva, pensar una cosa, amar otra, desear otra y hacer otra cosa, elegiremos la unidad, para así gestarnos a nosotros mismos, aprendiendo a amarnos liberados del Yo, reconociendo que somos una obra divina. Entonces, sin jefes bufones, seremos dueños de nosotros mismos, con confianza total en nuestro destino, en la unión con todos y en la aceptación como única patria al Planeta Tierra.
Alejandro Jodorowsky

jueves, junio 20, 2013

El Misterio de la Muerte de René Descartes

Fue uno de los protagonistas y porque no fundador de la filosofía moderna, vivió en el S XVII, época en que la razón era protagonista por sobre las cuestiones místicas y religiosas. Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al escepticismo reinante. Su teoría no fue el rechazo o la negación de la duda sino su aceptación hasta las últimas consecuencias. Es decir, utilizó la duda como método y sometió todo conocimiento a duda con el fin de encontrar una verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Pero no estamos aquí para hacer un análisis de su pensamiento, sino el de un rumor que comenzó a tener firmeza poco después de su muerte. ¿Pudo Descartes morir asesinado por sus rivales intelectuales?

Formación Intelectual

Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard, pocos meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a cargo de una nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida.
A los ocho años, fue enviado a un nuevo colegio, fundado por el rey Enrique IV en La Flèche, una aldea 105 km al noroeste de La Haya. En esta escuela, que posteriormente se convirtió en la mas celebre de Europa, fue supervisado en su preparación humanística por jesuitas y estuvo bajo la tutela del padre Charlet, un pariente lejano que se convertiría en su "segundo padre" Durante los 10 años que pasó en La Flèche, René estudió a los autores clásicos griegos y latinos, adquirió práctica para escribir en francés y latín, estudió música y artes dramáticas e incluso dominó las caballerescas artes de la equitación y la esgrima. Al crecer, se interesó en la ciencia, cuya enseñanza no era otra cosa que las teorías de Aristóteles, de 2000 años de antigüedad, reinterpretadas por académicos medievales. Pero en la escuela jesuítica también se impartían los más recientes avances en matemáticas y astronomía.

El joven tenía una sed insaciable de conocimientos y poco después se vio a sí mismo en el límite del conocimiento de su época. Al descubrir errores y contradicciones en las enseñanzas de sus maestros, rehusó aceptar los enormes y graves vacíos en el mapa del conocimiento como si fuesen dictados por Dios. Luego de otros dos años en la Universidad de Poitiers, finalmente se tituló en leyes en 1616. Ahí terminaron los estudios formales del joven Descartes, pero rehusó ejercer la profesión de abogado y tampoco se sintió satisfecho con la vida contemplativa del académico. Así, anunció su plan de buscar el conocimiento viajando, observando y aprendiendo de lo que llamó "el libro del mundo".

Después de sus estudios opta por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como "Sobre la presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío", así como un compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física matemática, en la que había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica, orientado hacia la búsqueda de un método "científico" y universal.
La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que concede Descartes a estos sueños choca con las características que se le atribuyen ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. Durante este período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y elabora múltiples trabajos descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de los rayos luminosos. También en esta época redacta las "Reglas para la dirección del espíritu", obra inacabada que expone lo esencial de su método.

"Pienso, luego existo"

En 1633 Descartes terminó el primer borrador de una extensa obra que se titularía Le Monde (El Mundo). Pero entonces recibió la noticia de que el astrónomo Galileo había sido condenado por la Iglesia Católica en Roma por adherirse a la teoría de que la Tierra gira alrededor del Sol, la cual Descartes apoyaba. Dejó de lado su manuscrito y durante los siguientes tres años escribió el libro en que definió su método científico en una forma que fuera aceptable para los teólogos eclesiásticos. En una época en que casi todos los libros académicos se escribían en latín, Descartes publicó el suyo en francés, con el título de Discours de la méthode (Discurso del método). Pero su cita más famosa se conoce en latín. Es su sonora demostración del poder de la mente: Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo).
El Discurso de Descartes de 1637 postuló cuatro reglas para la investigación científica: 1) no dar por cierto algo que no parezca evidente, 2) dividir un problema en el mayor número posible de partes, 3) buscar primero soluciones para los problemas más simples y preceder paso a paso con los más complicados, y 4) revisar las conclusiones para asegurarse de que no hay omisiones.

El método de Descartes fue una doctrina revolucionaria en una época en la que se esperaba que el científico o filósofo respaldara sus teorías con citas de la Biblia o de obras eclesiásticas, y pronto tuvo muchos adversarios. Pero también tuvo importantes partidarios, entre ellos la reina Cristina de Suecia, que obtuvo las obras de Descartes por medio del embajador francés en su corte, e inició una correspondencia con él en 1647. Cristina heredó el trono a la muerte de su padre, Gustavo II Adolfo, cuando tenía seis años. Mientras que un regente gobernó el país a su nombre, Cristina fue educada en un medio rural alejado de la corte, pero se le dio la educación que normalmente se impartía a los jóvenes. Se prohibió a los extranjeros asistir al funeral de su padre, "para que no sepan de nuestra pobreza", explicó el concilio gobernante. Coronada a los 18 años en 1644, Cristina decidió corregir la desfavorable imagen que tenía Europa de su país.

La joven reina hizo de su corte el centro del arte y el conocimiento del norte de Europa, trayendo músicos y artistas de Alemania e Italia. Pero la estrella de este firmamento intelectual fue Descartes. La reina decidió atraer al académico francés desde su autoexilio en Holanda y nombrarlo filósofo residente de su corte en Estocolmo. Descartes, de 53 años, cedió con renuencia ante la insistencia de Cristina, y en el otoño de 1649 abordó un barco rumbo al que llamó Suecia.
Las madrugadas educativas, el invierno y la muerte.

Recibido ceremoniosamente en Estocolmo, Descartes fue asignado para escribir versos en francés para un ballet. Pero su principal obligación fue ser tutor de la reina, con una particularidad, la reina le cita en palacio cada mañana a las cinco de la madrugada para recibir sus lecciones. Descartes, de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo y leyendo en la cama hasta media mañana encuentra en esta obligación algo muy difícil de sobre llevar, por su parte su estudiante real resultó ser aplicada pero poco ilustrada para poder lograr reflexiones propias y si sumamos que la vida en la corte ofrecía poco estímulo intelectual para el filósofo francés, se puede decir que Descartes se encontraba decepcionado y con ganas de marcharse cuanto antes.

El invierno le resultó intolerable y se quejó de la estación diciendo que "se hielan hasta los pensamientos de los hombres". El 1° de febrero de 1650, a sólo cuatro meses de su llegada a Suecia, Descartes enfermó de un resfrío que se convirtió en pulmonía, o así se dijo entonces; murió 10 días después. Siendo católico en la Suecia protestante, Descartes fue sepultado en un cementerio normal mente destinado a niños no bautizados. El embajador francés grabó en la lápida una enigmática inscripción: "Expió los ataques de sus rivales con la inocencia de su vida." ¿quiénes eran los rivales? Cierto era que otros cortesanos tenían razones para envidiar la prominencia del visitante francés, quien era el primero entre los académicos y artistas atraídos por Cristina a Estocolmo. ¿Acaso había un motivo religioso para querer quitar a Descartes del camino? Secretamente, la reina protestante se inclinaba al catolicismo y se supone que se carteó con el Papa y recibió a dos emisarios secretos de Roma. ¿Es que Descartes influyó sobre la reina en su misión espiritual? De ser así, debió haber varios en Estocolmo que temieran de su poder sobre la impresionable y joven soberana y que tenían razones de peso para querer eliminarlo.

Comienzan los rumores de Asesinato.

Al poco tiempo de morir, se comenzaron a tejer rumores sobre una posible conspiración de los intelectuales de la corte de Suecia para alejar a Descarte de la reina, incluso las sospechas se extienden a la miembros de la iglesia protestante, quienes vieron en las doctrinas católicas del francés un peligro hacia la estabilidad de la religión de Estado. Hay quienes dicen que la ortodoxia protestante era demasiado severa y rígida para la joven reina y su curiosidad intelectual. Tal vez se sintió atraída por la peculiar percepción religiosa de Descartes, aunque no hay evidencia de que él estuviera relacionado con su conversión.
En el circulo intimo de los allegados a Descartes en Suecia, se puede decir que no logró estrechar amistad con nadie, siempre fueron muy distantes con él, participaban de sus charlas y debates, incluso escribió algunas reflexiones por encargo. Esta situación llevo a que varias veces sintiera necesidad de marcharse de ese lugar tan hostil para su persona.

La peregrinación de sus restos y el robo del cráneo.

Después de su muerte el cuerpo de Descartes había de permanecer aún en Suecia dieciséis años, hasta que en 1666 los amigos y admiradores del sabio en Francia se decidieron a gestionar el regreso a la patria de los restos del grande hombre. El primero de mayo se procedió a su exhumación del lugar en que reposaban, donde habían sido enterrados, por permiso especial de la reina, según el ritual de la Iglesia romana. Los huesos, debidamente embalados y sellados, fueron enviados a Copenhague. Allí, como los marineros daneses se negasen a transportarlos -pues para ellos navegar con un cuerpo muerto era mal presagio-, fue preciso fingir que se trataba de una mercancía cualquiera. Durante los tres meses de retraso ocasionados por este incidente se encargó de su custodia el embajador francés en Suecia, el caballero de Terlon. Por fin, el difunto fue admitido a bordo del buque, y en aquella forma, poco solemne pero expeditiva, el féretro atravesó Alemania, Holanda y Flandes sin obstáculos.

Como nadie es profeta en su tierra, el segundo tropiezo lo tuvo Descartes al llegar a Francia. Allí los aduaneros del proteccionista Colbert vigilaban para que no se introdujese en el país ningún artículo que pudiese socavar la preponderancia industrial francesa. Tuvieron que abrir el envoltorio, y visto su contenido, pasaron adelante. El féretro fue depositado al fin en la iglesia de Santa Genoveva. Antes de ser puesto en su morada final, el ataúd fue abierto para realizar una revisión y se hizo un macabro descubrimiento: el cráneo había sido sustraído.

En el ataúd sólo se halló una tibia, un fémur, un cúbito y un radio; lo demás estaba pulverizado. Había también un hueso que se discutió durante largo tiempo si se trataba de un frontal. Pero es inverosímil que el cráneo hubiese quedado reducido a polvo antes que todo lo demás. El supuesto frontal, en todo caso, difícil de identificar, planteaba un enigma. En 1821, en carta fechada a 6 de abril, el químico sueco Berzelius manifestaba al paleontólogo Cuvier hallarse en posesión del auténtico cráneo de Descartes: no de un frontal ni unas mandíbulas, sino de una pieza casi entera a la que faltaba la mandíbula inferior.

Hay algunos indicios que hacen suponer que el cráneo fue robado en Suecia por el relato de unas Memorias de la reina Cristina de Suecia, fechadas en 1751, en que se dice siguiente: «No se debe pasar en silencio un hecho conocido por pocas personas... Un oficial de la guarnición de Estocolmo, comisionado para exhumar el féretro de Descartes cuando se trataba de transportarlo a Francia, habría hallado un modo de abrirlo, extrajo el cráneo del difunto, que conservó consigo durante el resto de sus días, muy cuidadosamente, como uno de los mejores recuerdos de aquel gran filósofo. Después de la muerte del oficial sus acreedores, en lugar de dinero, no hallaron nada más que aquel cráneo, que ha pasado después a otras manos. Aquel oficial se llamaba Isaac Planstrom.» Pero el cráneo también fue devuelto a Francia y registrado desde 1878 en el inventario de especimenes anatómicos del Musée de L'Homme en París. Desafortunadamente, cabeza y cuerpo permanecen separados hasta hoy en día junto al río Sena.

Informe médico, 330 años después.

En 1980, el publicista y científico alemán Eike Pies clasificaba correspondencia de Willem Piso, su ancestro del siglo XVII, en los archivos de la Universidad de Leyden en Holanda. De pronto, dio con el recuento de un testigo de la muerte de Descartes, 330 años antes: era una carta escrita por el médico de la reina Cristina, Johann van Wullen, un renombrado galeno de esa misma época. "Como usted sabe, varios meses atrás Descartes llegó a Suecia para rendir homenaje a Su Serena Majestad la Reina", escribió Van Wullen. "Justo ahora, a la cuarta hora antes del alba, este hombre expiró... La Reina quiso ver esta carta antes de enviarla. quiso saber qué escribí a mis amigos acerca de la muerte de Descartes. Me ordenó estrictamente evitar que mi carta cayera en manos de extraños." Movido por la curiosidad, Piso siguió leyendo la peculiar información de la misiva. A continuación se detallaba día por día el progreso de la enfermedad final de Descartes. ¿Por qué, se preguntó Eike Pies, juzgó necesario el médico de la corte sueca escribir a su colega de Holanda acerca del curso de una enfermedad tan común como la pulmonía? ¿Por qué la reina en persona censuró las noticias acerca de la muerte de su renombrado huésped? En busca de otra opinión, Pies tradujo la carta, omitió nombres, lugares y fechas, y la entregó a un patólogo criminalista. El veredicto: los síntomas descritos en la carta de Van Wullen corresponden a intoxicación aguda por arsénico. Dañando el tracto intestinal, esta intoxicación produce intensas náuseas y dolores estomacales. Las membranas mucosas se hinchan, estallan los vasos sanguíneos y la sangre mezclada con los jugos gástricos forma una masa negra que se excreta por los intestinos o por medio de vómito. Estos síntomas no son los que se asocian con pulmonía.

¿Cómo se resuelve un crimen de tres siglos de antigüedad? Hay pocas posibilidades de hallar al culpable y ninguna de hacer un juicio. Pero se puede reunir evidencia, pues el arsénico se deposita en los huesos, uñas y pelo de la víctima, y puede ser hallado mucho tiempo tras la muerte. ¿Deberían exhumarse otra vez los restos? Muchos protestarían seguramente por esta nueva perturbación en aras de la remota posibilidad de descubrir un crimen que ocurrió hace tanto. Y hallar al culpable, si es que hubo alguno, es imposible, además de innecesario hasta cierto punto. Pero Descartes fue el primer promotor de la investigación científica. Aplicando las cuatro reglas postuladas en el Discurso del método, se podría decir lo siguiente: 1) no es un hecho evidente que haya muerto de pulmonía, 2) el problema podría dividirse en cuatro partes: ¿fue envenenado?, ¿cómo?, ¿por quién?, ¿por qué motivo?, 3) el problema más sencillo es la causa de la muerte y esto podría resolverse antes de los problemas más difíciles, si no insolubles, 4) revisar las conclusiones, para asegurar que no se cometieron errores, añadiría una nota que seguramente resultaría fascinante a la historia y una conclusión más interesante a la biografía de uno de los pensadores más profundos e influyentes en las páginas del conocimiento indagado por el hombre.

¿Envenenamiento con arsénico?

En su época, se anunció que Descartes murió de pulmonía a principios de 1650. Esta enfermedad se inicia con resfrío, temblores, fiebre y agudos dolores de pecho; los subsecuentes síntomas incluyen tos, jadeos y expectoración color óxido. En contraste, la carta de la época del médico de la corte, Johann van Wullen, a un colega holandés, muestra un cuadro totalmente distinto al que presentaba el filósofo: "Durante los primeros dos días, su sueño fue profundo y no comió, bebió ni tomó medicamento. El tercero y cuarto días estaba agitado y no durmió, aún sin comer o medicarse. Al quinto día fui llamado a su lecho, pero Descartes no quiso que le diera tratamiento. Como las señales inequívocas de la muerte próxima eran obvias, acepté gustosamente mantenerme alejado del moribundo. Al pasar el quinto y sexto días, se quejó de mareo y de fiebre interna. Al octavo día, de hipo y vómito negro. Luego tuvo respiración inestable y la mirada extraviada, presagiando la muerte. Al noveno día, todo estaba perdido. A la mañana del décimo día su alma regresó a Dios." Esta descripción del avance de la enfermedad final de René Descartes coincide mucho mejor con los síntomas de intoxicación aguda por arsénico que con los que son característicos de la pulmonía. Si se confía en la carta del médico Johann van Wullen, Descartes pudo ser víctima de un asesinato.

Conclusión.

Nunca sabremos con certeza, si René Descartes murió envenenado por un posible complot intelectual-religioso en Suecia, o si efectivamente el frío intenso del invierno le provocó una pulmonía que terminó con su vida. Indudablemente todo apunta a sostener la teoría del asesinato como la mas firme, pero ¿quien fue el autor de semejante complot? esta pregunta quedará sin respuesta hasta que algún hallazgo casual eche luz sobre las causas de la muerte del Filósofo.