Manuel Almendro
Manifiesto Transpersonal.
Haciendo Memoria Haciendo Caminos: Grandezas y miserias.
La psicología transpersonal a revisión.
© Journal of Transpersonal Research, 2009, Vol. 1, pp 87-96 ISSN: 1989-6077 JTR - 87
Resumen
En este escrito se hace balance de una perspectiva de más veintiocho años en el campo de las nuevas psicologías y entre ellas de la psicología transpersonal. Es una reflexión crítica sobre lo que ha pasado en este ámbito, especialmente en Europa y en parte en América. ¿Qué es la Psicología Transpersonal dentro de sus múltiples vaguedades, qué diagnóstico y qué tratamiento podría necesitar, y qué se está haciendo al respecto?
Es por lo tanto una reflexión que plantea la posible muerte de esta psicología, la resurrección del cadáver o tratar de crear un nuevo camino para salir de la fantasía, el oportunismo insoportable y la falta de rigor.
Es la primera pregunta que te hacen: ¡Y tú! ¿Desde cuándo estás en esto…?
Tal vez uno ha estado siempre en “esto”, en lo que genuinamente y confusamente llamamos transpersonal. Como si desde la infancia la flecha marcara el camino, aspecto que podemos apreciar en personas tan distantes como la mística Teresa de Jesús y científicos como David Bohm, Frijtof Capra y muchos otros. Lo expresen ó no. Y esto fue lo que me pareció enormemente significativo: que en estos científicos conocidos y en otros menos conocidos no fue tanto el encontrarse con el fin de la materia o las charlas de Krishnamurti –como es el caso de los nombrados- sino que en todos ellos la vivencia de lo infinito apareció en sus infancias. Lo que vino después fueron detonantes de algo que ya estaba en germen y probablemente en el sin tiempo.
Por ello no hay nada mejor que hacer memoria.
Érase una vez… en los comienzos de los años setenta en la facultad de psicología de la universidad de Barcelona que escuchábamos los primeros relatos de lo que sucedía en California. Internet no existía, ni por supuesto capital para trayectos intercontinentales. Eran comentarios rellenos de ilusión. Y fue ya a mediados de los años setenta cuando entré en profundidad en el zen, con maestros como Deshimaru y posteriormente Poep y Seon Sa Nim, Dhiravansa etc., maestros de la tradición oriental. Y como soy un poco tenaz salté el charco al inaugurar la década de los ochenta por una flecha que me llevaba al mundo indígena. De esto he dado cuenta en colaboraciones y especialmente en mi último libro Chamanismo, la vía de la mente nativa. Algunos chamanes que conocí cuando aún vivían solitarios hoy ya salen en el cine y por internet. Pero no es esto de lo que aquí quiero hablar.