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lunes, diciembre 12, 2022

Cada Mañana Recuerda...

Facundo CABRAL 

Cada mañana plántate frente al espejo hasta que te gustes y te veas con amor, y un día, casi sin darte cuenta, es decir espontánea, naturalmente, te dirás te amo, entonces sabrás qué clase de maravilla es la vida. 

Si quieres recuperar la salud deja la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades. 

Pasé por todas las escuelas pero no me quedé en ninguna, todas me dejaron algo pero no me detuvieron, porque voy en busca de mí mismo, donde conoceré la verdad. 

El mago le dijo a mi madre: Usted me cae bien, por eso le enseñaré algunos trucos. Y ella le contestó: No quiero saber porque dejaré de asombrarme, ¡y prefiero asombrarme que saber! 

Si es apego no es amor porque el amor no produce pesar y el apego sí. 

Lo que puede medirse no es la verdad, sólo lo que no es vida puede ser medido. 

Las viejas costumbres son un barco que se hunde y lo aconsejable cuando un barco se hunde es abandonarlo. 

Cuando nos distraemos de la vida, ya estamos transitando la muerte. 

La mayoría está en manos de locos, y eligió locos para que lo dirijan porque la mayoría es loca (solo un loco puede depender de otro loco). 

Cuando no tenemos necesidad de regresar a nada ni a nadie comenzamos a ser realmente libres, entonces sí podemos crecer. 

No hay peste más dañina que la ignorancia ni esclavitud más grande que la mentira. 

Si somos felices por una causa, por otra causa dejaremos de serlo, es decir que si somos felices por algo, no somos felices. 

Escapa de los que levantan banderas porque cuando alguien dice Viva algo, está diciendo Muera el resto. 

Es peligroso que nazca este niño, aconsejó el médico, porque la madre está tuberculosa, el padre es alcohólico y viven en la miseria. Por suerte no lo escucharon, de lo contrario hubieran matado a Beethoven. 

Si no soñaras, si no te agotaras en los pleitos de los sueños, descansarías más y te levantarías mejor. Para eso debes vivir plenamente cada vigilia para que el inconsciente no tenga que recordarte nada a la hora del sueño. 

Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel pero el miedo arruga el alma. 

Pobres son los que sólo ven el árbol cuando tiene manzanas. 

La verdad necesita pocas cosas y pocas palabras, como el amor. 

Si para combatir al ladrón robas, si para combatir al mentiroso mientes, si para combatir al asesino matas, ¿en qué te diferencias de ellos? 

No se puede conocer el amor sin humildad, sin amplitud, sin generosidad, sin una libertad total, sin coraje. 

Hay que disfrutar el camino, estar atentos al paso que estamos dando, no a la meta, que nunca se alcanza porque transitamos un infinito en una eternidad. 

Llegarás al verdadero conocimiento cuando tengas verdadera necesidad de él. 

Pensamiento, palabra y acción deben ser un sólo acto para poder alcanzar a la verdad en cualquier circunstancia. 

Cuando el deseo se apodera de tus sentidos, la mente se oscurece, entonces la razón se corrompe. 

Cuando el hombre está realizando su ser, la mente controla los sentidos, entonces el deseo se extingue porque no tiene donde actuar. 

El ego no permite el desapego, por eso fácilmente te lleva al sufrimiento. 

Cuida el cuerpo que te fue dado, pero recuerda que no eres el cuerpo.

sábado, noviembre 19, 2022

Anécdotas

Facundo Cabral

•El ahijado
El poeta indio Tagore, que bautizara "mahatma", es decir, alma grande, a Gandhi, decía que cuando el hombre trabaja, Dios lo respeta, más cuando el hombre canta Dios lo ama. Mi madre poco antes de morir, me dijo: muero contenta porque cada vez te pareces más a lo que cantas. Juan Francisco, mi ahijado, dice, a sus dos años de edad, que soy artista porque canto, y que canto para poder comprarle chocolates, que es lo más razonable que escuché sobre mi oficio.

• Borges
Cuando le pregunté a Borges porqué no había libros suyos en su biblioteca, me dijo: porque sigo teniendo el hábito de la buena lectura. Cuando le pregunte qué le había parecido Arreola, que acababa de visitarlo, me dijo: es un verdadero caballero, me dejó dos o tres silencios. Cuando le pregunté por Cien años de soledad, que le habían leído, me dijo: los primeros cincuenta años son memorables... Al verme asombrado por su presencia en mi concierto, Ray Bradbury me dijo: me asombra que se asombre de encontrar un Bradbury viniendo de un país que tiene un Borges que es asombroso.

• La Madre Teresa de Calcuta
Pregunté a la Madre Teresa en Calcuta: ¿Cuándo descansa? y me dijo: Descanso en el amor. Le pregunté: ¿Cuál es el lugar del hombre? y me dijo: Donde sus hermanos lo necesitan. Le dije: nunca la escuche hablar de política, y me dijo: Yo no puedo darme el lujo de la política, una sola vez me detuve 5 minutos a escuchar un político, y en esos 5 minutos se me murió un viejecito en Calcuta. Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios recién había salido. Una señora, impresionada por verla bañar a un leproso, le dijo: yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dólares, a lo que Teresa contestó: Yo tampoco porque a un leproso solo se lo puede bañar por amor.

• El viejo Tarahumara, el campesino chino Pregunté a un viejo Tarahumara porqué no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: Si las armas fuesen necesarias, habríamos nacido con ellas. Me dijo un campesino chino: Si quieres ser feliz un día emborráchate, si quieres ser feliz una semana cásate, si quieres ser feliz toda la vida se jardinero...

domingo, noviembre 09, 2008

Frases para la Reflexión


"Todo lo que pertenece al mundo de los sentidos dura poco porque vive en un constante fluir, por eso el placer desaparece pronto y aparece la desdicha."

"El hombre superior trata igual al bueno y al malo, al amigo y al desconocido, al ignorante y al inteligente (sólo divide el que está dividido, es decir el hombre inferior)."

"Que los incidentes de la vida cotidiana no te dejen cicatrices porque se transforman en el ego, que crece hasta llegar a ser invencible, y eso trae conflicto, es decir dolor, porque te separa del mundo."

"Alcanza el conocimiento y después sé caritativo porque la caridad sin conocimiento puede hacer mucho daño (el conocimiento es el sol que ilumina el camino a Dios)."

"Estoy acostumbrado a contemplar el cielo, por eso ningún viaje es largo para mí, por eso sé que vengo de muy lejos y que tengo millones de años, por eso nada me asusta y lo fantástico me excita."

"La dualidad trae sufrimiento, es enfermizo pensar una cosa y hacer otra, produce conflictos constantes, el ego sólo ve objeto y sujeto, lo que provoca problemas que sufrimos a diario, por eso debemos tener una percepción universal, disolver la ilusión dualista de felicidad y tristeza, de éxito y fracaso, para alcanzar la iluminación, es decir un estado de conciencia que sólo es posible cuando nos liberamos del ego." "Estoy gozando de una libertad exuberante, fantástica, que sólo llega cuando estamos dispuestos a aceptar la soledad. Puedo albergar cualquier idea y salir en cualquier dirección, puedo volver o abandonar, soy el único responsable de todo lo que le suceda a mi vida."


"Para tener una visión equilibrada del universo debemos escuchar todas las voces y nuestra intuición, donde todos somos sabios (sabiduría es comprender y justicia armonizar diferencias)." "Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos)."

"El futuro comienza en el presente. Ser madre, ser padre, es unir el pasado y el futuro en el presente, gracias al milagro del amor."

Decires y Pensamientos


Facundo CABRAL

No hay comprensión total si hay control, una vida obediente es una vida de conformidad, y esto es solo una manera confortable de la muerte. La conformidad es miedo al cambio, es decir a la vida, y allí no puede haber libertad, todo hábito destruye a la libertad, hace que la vida sea artificial, insípida, inútil, todo hábito nos impide llegar a la vastedad de la mente, donde podemos crecer sin límites. Tranquilízate, después de la tierra nos esperan nueve planetas, cuarenta lunas, diez mil asteroides y tres billones de cometas. No hay comprensión total si hay control, una vida obediente es una vida de conformidad, y esto es solo una manera confortable de la muerte. La conformidad es miedo al cambio, es decir a la vida, y allí no puede haber libertad, todo hábito destruye a la libertad, hace que la vida sea artificial, insípida, inútil, todo hábito nos impide llegar a la vastedad de la mente, donde podemos crecer sin límites Si es apego no es amor por que el amor no produce pesar y el apego sí. El amor no tiene afanes, sólo se entrega, y no produce conflictos por que es totalidad, por eso no hay esperanza pero tampoco desesperación, hay plenitud. El amor nos convoca, entonces el amor es el que ama. Nacemos para el amor, es nuestra realización total. El amor es el único que nos llena, que nos completa, que nos libera de todos los escapes, es decir el poder, el dinero, el éxito, el alcohol, las drogas, el sexo indiscriminado, las ideologías y las creencias compulsivas. El mago le dijo a mi madre: Usted me cae bien, por eso le enseñaré algunos trucos. Y ella le contestó: No quiero saber porque dejaré de asombrarme Prefiero asombrarme a saber. El deseo siempre está en conflicto con la realidad, por eso cuanto más deseo más desdicha, y el deseo no tiene fin, por eso la eterna insatisfacción. Hay que romper la barrera entre el yo y el tú, entre lo pasado y lo futuro, entre el observador y lo observado, porque todo ocurre ahora mismo y en todos. Armonizar diferencias es hacer de todas las mentes una, y esto mejoraría a la humanidad, salvaría al mundo, es decir seria la verdadera revolución Los hombres crean o hacen la guerra, los hombres crecen o son burócratas. Los creadores tienden a juntarse en todo el mundo, los otros, es decir la mayoría, tienden a separarse, a matarse hasta en las canchas de fútbol, es decir que los inútiles quieren ganar con la violencia lo que no ganaron con la inteligencia (parece que al comunismo lo sustituye un nacionalismo rabioso, dictatorial). Las viejas costumbres son un barco que se hunde, y lo aconsejable cuando un barco se hunde es abandonarlo. Vacíate cada día para que la vida te vuelva a poblar. Si te llenas de todo serás un hombre, si te llenas de una sola cosa serás un ciudadano. Esfuérzate para no medir, para no juzgar, para no representar a nada, para no seguir a nadie, para ser uno entre tantos, el uno que es parte del todo que no admite divisiones, que exige flexibilidad, multidireccionalidad. Dios puso en el Cielo una estrella para que te guíe por la tierra, búscala y síguela, entonces ya no habrá sombras en tu vida (si caminas de frente a la luz no habrá sombras en tu camino).
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Gane el que gane, gana un hermano, pierda el que pierda, pierde un hermano, entonces lo mejor es no competir. Gracias a mi obra, mi tiempo se extenderá en los demás, por eso cada cosa que escribo es un dibujo en la eternidad Pasé por todas las escuelas pero no me quedé en ninguna, todas me dejaron algo pero no me detuvieron por que voy en busca de mí mismo, donde conoceré la verdad entera. No hay peste mas dañina que la ignorancia ni esclavitud mas grande que la mentira. Si uno no aprecia la belleza que Dios puso en uno, no puede apreciar la belleza que hay en los demás. Si miramos a cualquiera con atención y con amor, le encontraremos algo bello (ama hasta que te conviertas en el amor) No te preocupes en vano, inevitable es la muerte para los que nacieron como inevitable es el renacimiento de los que murieron (perdona, hermano, pero el río cantaba tan alto que no oí tu llanto).

El Mundo en la Memoria


Facundo CABRAL

Recuerdo los días en que yo caminaba con todos por todas partes, recuerdo los oficios que, de país en país, enriquecía a mi canto, primaveras, bombardeos y terremotos, festejos y manifestaciones, inundaciones, partos y asesinatos, recuerdo pueblos liberados y países ocupados, ricos aburridos y pobres agradecidos, ojos verdes y arenas negras, noches andaluzas y mañanas griegas, recuerdo flautas y recuerdo mimos en las veredas de los museos donde me esperaban Klee, Cézanne, Velázquez, Tamayo y Caravaggio, recuerdo universidades y templos donde canté y conté lo que nunca se había cantado y contado, recuerdo bibliotecas donde el Dante y Cervantes seguían vivos, recuerdo velatorios haitianos, es decir coloridos, y casamientos bulliciosos, es decir portorriqueños, recuerdo a la miseria y a la sabiduría juntas en la India y a lo mejor y a lo peor juntos en Nueva York.

Recuerdo a los menos inspirados queriendo cambiar a la Historia, al dudoso Progreso borrando precisas costumbres y a Mishima suicidándose para nada. Recuerdo al Guernica de Picasso, al Adriano de Marguerite Yourcenar y al Thomas Mann de Visconti, recuerdo a la niebla borrando a Londres y a los leones cercando al búfalo, al sol incendiando al desierto y a Occidente envenenando a Oriente. Recuerdo los cantos de Ezra Pound, el silencio blanco de la Siberia y el irreal pueblo chino por la que creí imaginaria a mi primera visita, pero ante todo recuerdo el viaje en el Transiberiano, sólo con mi guitarra y un cuaderno de apuntes que llené con dibujos porque no tuve palabras para contar tantas maravillas.

En China llegué a pensar que todos eran artesanos porque todo estaba hecho a mano, hasta las mujeres parecían obra de manos tan delicadas como antiguas, hechas para acompañar a hombres silenciosos y a jarrones dignísimos, es más, en China pensé que todo lo que había en el mundo era obra de los chinos, desde la imprenta a la que le debo Rilke y Schopenhauer hasta la brújula que me auxilio en los mares y los desiertos, desde los barriletes que amaba la abuela de Ninoska a los spaghettis que ama Francesca, desde la pólvora de nuestras guerras a las coplas de Yupanqui, desde las refinadas telas de Giacometti a la sonrisa leve de la Gioconda, desde la carretilla donde mi ahijado junta leña a los fuegos artificiales con que los políticos juntan gente, que cuando es mucha siempre me suena a China, donde con antiquísimas agujas me reordenaron el esqueleto, y recuerdo esto cuando tengo enfrente un texto mío traducido a uno de los muchos dialectos chinos, maravillosos caracteres dibujados por maravillosos artesanos que nunca veré pero que, como artista, siempre sospeché, porque toda escritura, en China, ante todo es un hecho plástico, un idioma de iniciados, y las manos chinas son tan virtuosas que todos los chinos me parecían violocenllistas, como si ser diestro fuera la primera condición para ser chino, que hasta debe ser hábil para manejar los palillos con los que come, el chino que venera al equilibrio, tan sutil que parece no apoyar sus pies en la tierra, que siempre parece estar fuera de este mundo, el chino lunar que no se deja excitar por los alaridos del sol, el chino que sólo canta notas agudas para confundirse con el violín que lo acompaña, que bebe un vino melancólicamente dulce y aprecia, como nadie en el mundo, el croar de las ranas, el chino hermético pero claro, el chino que hasta mendigando mantiene una aristocracia espiritual, el chino que ama a chinas que parecen delicadas plantas como aquella muchacha de Shangai que casi me atropelló con su bicicleta, a la que sólo le vi los ojos y la sonrisa porque estaba oculta entre la gorra típica y el alto cuello de la chaqueta mao, pero fue suficiente, ¿qué más?, y recordé cuántas veces me había enamorado sólo por los ojos, pero ante todo por la mirada de la mujer. Y esos embriagantes ojos rasgados, misteriosos de tan cerrados, me llevaron detrás de esa delicadeza, de esa piel de porcelana Ming, continuación de esa refinada dinastía, y casi en el aire fui cruzando con esa muchacha alada por calles atestadas donde nadie ofrecía sus cosas a los gritos, sólo hablaban de las bondades de sus cosas a los que estaban interesados. Y esa silenciosa y dulce muchacha (amante de los petardos, como todos los chinos) fue mi guía, ella, luna en pleno día (como todas las chinas), discreta claridad en esa atmósfera impresionista, con la tranquilidad de saber que nadie esperaba nada de mí en esa comunidad tan gigantesca como cerrada, donde todos estaban dispuestos para el trabajo pero tan serenamente que nunca se sentía esfuerzo, y esa calma estaba apoyada en los venerables ancianos de dignísimas cabezas que debe haber amado Rodín en el París de la France y Xul Solar en el Buenos Aires que todavía era Buenos Aires.

No nos podíamos decir nada, pero ¿para qué?, y en esa situación me sentí profundamente taoísta, aunque en el respeto que me rodeaba estaba presente Confucio. Todo nos unía, ni siquiera su bicicleta, entre ella y yo, nos separaba, todo nos unía, tanto que ni tuve curiosidad de imaginar lo que pensaba. Todos nos veían pero nadie nos miraba, es decir que todo estaba en nuestras manos, no había ninguna posibilidad de fuga, ¿y a quién se le hubiera ocurrido, cómo abandonar ese intento de los cuerpos de encontrarse con las almas, cómo hacer callar a esas altas campanas?, por eso nos dejamos llevar por ese torrente humano que inundaba calles que eran mercados que imperceptiblemente se convertían en casas donde los jóvenes no decían nada y los viejos callaban, y ese río azul y gris remodelaba, como hacía tantos siglos, el perfil de todas las cosas, desde los platos que enamoraron a Picasso a las grandes puertas donde hasta Wagner se hubiera hincado, desde las linternas alimentadas por aceite a los guardias rojos que sólo guardaban órdenes a la memoria.

Meterse en la cama con la muchacha de Shangai era como meterse en un río porque se me adhería como una planta, era un helecho que me abrazaba para siempre, atomizada en hojas para rodearme, se ocupaba de mí como si recién hubiera llegado al mundo, estaba para servirme, sin hablar, sólo gimiendo suavemente como una ventisca que llegaba de las tranquilidades del Paraíso, por eso yo me sentía beatificado en medio de la más poética excitación. Y cuando ella llegaba al punto más alto de la danza, al remolino que arrastraba todo, yo la esperaba al borde de la cama, entonces éramos una ola que se perdía en el mar de la eternidad. Entera, nunca fragmentada como la occidental que siempre tiene otras cosas que hacer, naderías que le impiden llegar a la totalidad, siempre entera ahí, con uno, tan entera en uno que fue el más claro de los espejos, el único que me reflejó entero, por eso supe que era mucho más de lo que creía, entonces comencé a ser más generoso conmigo, y al amarme más me amaron más, por eso mis conciertos pasaron a ser una manera de la felicidad, como leer con ellas las calles de Shangai.

Estaba tan ahí que era parte de las sábanas, las alas de la cama donde volábamos a estadios que pocas veces se alcanzan, a los más bajos y a los más altos porque la libertad borra la desdichada línea entre el bien y el mal, prejuicio, superstición que nos empobrece, y al valer todo alcanzábamos la totalidad con la misma gracia con que la paz llegaba, sin que nos diéramos cuenta porque lo esencial no requiere esfuerzo, se mueve silenciosamente con la fuerza natural de la vida, nunca tan saludable como con ella, que cuando me sabía satisfecho salía caminando tan sensualmente como si fuera por una pasarela de Miyagui en París para prepararme el mismo té que le confiaba maravillas a Chuang-Tzú, un poco antes que Jesús nos trajera la gran noticia, el Jesús que ella conoció por mí, al que, con acierto, creyó un poeta, un mago que merecía mejor audiencia. En China descansé de lo sentimental y de la queja, que nos agobia en Occidente, por eso ella, sin reproches, me hizo la maleta cuando decidí salir de China, lección de respeto al individuo, alta inteligencia, como siguiendo un orden decidido hacía siglos, por eso la maleta me pareció ordenada por primera vez, y para siempre, y en su sereno silencio supe que se puede ser dos, armoniosamente. El chino ni siquiera en la muerte ve algo trágico, por eso los cementerios chinos no son tristes, los gigantescos cementerios que ocupan las laderas de las montanas, tan naturales que ningún vivo se siente incómodo.

En China, cada palabra es un paisaje, por eso un poema de cuatro líneas puede significar más que un film, y más excitante porque no muestra, sugiere. El chino ama, ante todo, al equilibrio, a la armonía, a la simplicidad hasta en la lengua, que tiene palabras de una sílaba, que se pronuncia con una conmovedora precisión, por eso las frases chinas son exclamaciones infantiles, por eso siempre les abrimos el corazón, y más porque son cantadas, ¿y quién no le abre el corazón a una canción? El chino es tan modesto que jamás se llama a si mismo religioso porque cree que es demasiada para un hombre la idea de Dios. El chino nunca va más allá de lo que pueda entender la naturaleza humana, y la imprudencia no es una debilidad china, hasta el mismísimo Buda borra con una sonrisa a lo que inocentemente llamamos realidad. El chino es tan prudente que un alto pensador como Lao-Tsé sugería gobernar al imperio como se fríe a un pescado, es decir tranquila y alegremente.

También decía que del gobernante sólo debía conocerse su existencia, y que buen gobernante es aquel que gobierna de tan sutil manera que el pueblo no sabe que es él, y no ellos, el que decide lo que ellos creen decidir. El chino es tan sensible que Confucio, impactado por una melodía, estuvo tres meses sin comer (la música china es una sucesión de estrépitos, un escándalo con profundidad de mantra, maravilla que minimiza los errores que nos agobian hasta hacerlos desaparecer).

Hasta los quinientos budas de Cantón son tan sabios que ninguno quiere parecer bueno, y menos santo, es más, es un coro, una comunidad tan abierta y saludable que uno de esos budas es Marco Polo, y de sombrero, como debe verse un caballero italiano, y otros juegan con niños, y otros lo tienen en brazos, budas que muestran que la grandeza está en nuestra pequeñez por eso los chinos están tan cómodos en los templos que hasta fuman y ríen dentro de ellos (los budistas suelen hacer dioses de mantequilla que, al derretirse nos recuerdan nuestra momentaneidad, nuestro fugaz paso por la Tierra).

Me llamas Extranjero


Facundo CABRAL

Y me llamas extranjero, porque llegué hasta aquí por un camino que no conocías, porque nací en otra ciudad y conocí otros mares.
Me llamas extranjero porque no estás acostumbrado a mí, ya que yo zarpé de un puerto distante, y tú piensas que las despedidas sólo existen para que se ondeen pañuelos y de los ojos broten lágrimas, y crees que cuando se va lejos, todos piensan solamente en el día del regreso, y en las oraciones que los seres queridos quedan repitiendo, día tras día, a través de los años.

Pero yo no soy extranjero, porque desperté en mi alma lo que antes no conocía, y descubrí que todos los hombres son iguales, que hubo una época en que el mundo no tenía fronteras.

Todos nosotros traemos el mismo grito, las mismas preguntas, el mismo cansancio de los viajes muy largos.
Los que dividen, los que dominan, los que roban, los que mienten, los que compran y venden nuestros sueños, son ellos los que inventaron esta palabra: Extranjero.

Mírame profundamente a los ojos, más allá de tu odio, de tu egoísmo, de tu miedo, y verás que soy apenas un hombre que necesita de tu ayuda. No puedo ser, nunca fui un extranjero

Soñé que Podía


Facundo CABRAL

"Cada hombre es un reflejo espiritual de Dios, en cada hombre habita Dios, por eso podemos crear el mas digno modo de vida, la mas bella y saludable comunidad. Dios y el hombre son uno, sólo en apariencia pueden separarse, como todo es arte si lo ves con arte." "Demos lo que demos, nunca pagaremos lo que nos dieron. De amor en amor vamos cumpliendo nuestro destino, es decir vamos camino a Dios." "La percepción me dice lo que es, por ejemplo aquel desierto, tan especial que me dejó sin preguntas, que calló mi cabeza, que me liberó del ilusorio." "La tierra no nos pertenece, sólo estamos de paso por ella, por eso debemos ser austeros, como buenos huéspedes, es decir gozarla y cuidarla para los que vendrán detrás nuestro." "Los animales, silenciosamente, se ocupan de sus cuestiones. Si cada hombre cuidara de sí mismo como los animales, la Humanidad sería una intensa fiesta." "Debajo del mundo de las apariencias, el mundo de las etiquetas y los condicionamientos, es decir el mundo de las fragmentaciones que generan conflicto tras conflicto, está el mundo verdadero donde la mente, que es esencialmente pura, se libera de los celos, el odio y los deseos para avanzar hacia la imaginación." "Dios puso en el Cielo una estrella para que te guíe por la Tierra, búscala y síguela, entonces ya no habrá sombras en tu vida (si caminas de frente a la luz no habrá sombras en tu camino)."

Cada Mañana


Facundo CABRAL

Cada mañana plántate frente al espejo hasta que te gustes y te veas con amor, y un día, casi sin darte cuenta, es decir espontánea, naturalmente, te dirás te amo, entonces sabrás qué clase de maravilla es la vida.
Si quieres recuperar la salud deja la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Pasé por todas las escuelas pero no me quedé en ninguna, todas me dejaron algo pero no me detuvieron, porque voy en busca de mí mismo, donde conoceré la verdad.

El mago le dijo a mi madre: Usted me cae bien, por eso le enseñaré algunos trucos. Y ella le contestó: No quiero saber porque dejaré de asombrarme, ¡y prefiero asombrarme que saber!

Si es apego no es amor porque el amor no produce pesar y el apego sí.
Lo que puede medirse no es la verdad, sólo lo que no es vida puede ser medido.

Las viejas costumbres son un barco que se hunde y lo aconsejable cuando un barco se hunde es abandonarlo.

Cuando nos distraemos de la vida, ya estamos transitando la muerte.
Alrededor, la mayoría está en manos de locos, y eligió locos para que lo dirijan porque la mayoría es loca (solo un loco puede depender de otro loco).

Cuando no tenemos necesidad de regresar a nada ni a nadie comenzamos a ser realmente libres, entonces sí podemos crecer.
No hay peste más dañina que la ignorancia ni esclavitud más grande que la mentira.

Si somos felices por una causa, por otra causa dejaremos de serlo, es decir que si somos felices por algo, no somos felices.
Escapa de los que levantan banderas porque cuando alguien dice Viva algo, está diciendo Muera el resto.

Es peligroso que nazca este niño, aconsejó el médico, porque la madre está tuberculosa, el padre es alcohólico y viven en la miseria. Por suerte no lo escucharon, de lo contrario hubieran matado a Beethoven.
Si no soñaras, si no te agotaras en los pleitos de los sueños, descansarías más y te levantarías mejor. Para eso debes vivir plenamente cada vigilia para que el inconsciente no tenga que recordarte nada a la hora del sueño.

Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel pero el miedo arruga el alma.

Pobres son los que sólo ven el árbol cuando tiene manzanas. La verdad necesita pocas cosas y pocas palabras, como el amor.

Si para combatir al ladrón robas, si para combatir al mentiroso mientes, si para combatir al asesino matas, ¿en qué te diferencias de ellos?
No se puede conocer el amor sin humildad, sin amplitud, sin generosidad, sin una libertad total, sin coraje.
Hay que disfrutar el camino, estar atentos al paso que estamos dando, no a la meta, que nunca se alcanza porque transitamos un infinito en una eternidad.

Llegarás al verdadero conocimiento cuando tengas verdadera necesidad de él.
Pensamiento, palabra y acción deben ser un sólo acto para poder alcanzar a la verdad en cualquier circunstancia.
Cuando el deseo se apodera de tus sentidos, la mente se oscurece, entonces la razón se corrompe. Cuando el hombre está realizando su ser, la mente controla los sentidos, entonces el deseo se extingue porque no tiene donde actuar.

El ego no permite el desapego, por eso fácilmente te lleva al sufrimiento.
Cuida el cuerpo que te fue dado, pero recuerda que no eres el cuerpo.

Solo y Libre


Facundo CABRAL

Terriblemente solo pero maravillosamente libre vuelvo a mí primer desierto, a la Patagonia que me llena de vacío, donde hace muchos años me despertaron las aguas del deshielo que bajaban de la cordillera de los andes que tanto trajiné desde punta a punta y de canción en canción. Lenta y silenciosamente, el desierto se va convirtiendo en montañas, cada vez más importantes hasta ser coronadas por la nieve, y de pronto, bellísima frente al lago Nahuel Huapi, aparece Bariloche.

Desde mi ventana veo al Nahuel Huapi apoyado en las montañas nevadas, maravillosa manera de comenzar un nuevo día, paisaje que me recuerda los desayunos con krishnamurti frente al lago Lausanne, en la suiza donde Borges se auto enseñó alemán para leer a Spinoza.

Me gusta el día porque concreta a las teorías que me excitaron en la infinita biblioteca de los sueños. El día me acerca a sus interminables tareas, el día tiene en algún rincón de sus horas, lo que se quemó en Alejandría lo que intrigó a Gurdjieff (a mí me intrigan los que se mueren de sed y soledad entre fuentes y jardines, los que se aburren, lo que solo saben obedecer o mandar, los que se dejan vencer sinsabor que también son Dios).

Me gusta el día y la ciudad, que es una biblioteca de personajes interesantes, una biblioteca viva que se lee caminando, que tiene esquinan brillantes y alguna gente bella. La ciudad es una enciclopedia, un resumen de atlas, un poco del Oriente y mucho de Occidente, la ciudad es la basura que amontonaron los siglos pero también es la prueba de que nuestros abuelos no trabajaron en vano, la ciudad es una hoguera inteligente donde se junto con mis hermanos para cambiar buenas nuevas (hay pequeños cambios en la ciudad, pero de forma, no de fondo, por ejemplo los reyes les dejaron el lugar a los políticos y los bufones a los artistas populares, aunque estos tienen menos humor que aquellos). La ciudad es un símbolo, pare de un código que entretiene a formas más altas que nosotros, la ciudad es un muro inútil porque la vida entra por abajo y por arriba, la vida que a veces purifica destruyendo, la ciudad es una pesada sombra, una lenta casa hueca donde solo estoy de paso, como estoy de paso por el hombre (sé que me esperan otras formas de vida cuando pase el río de la muerte).

La ciudad es parte del infierno pero también del paraíso, el paraíso unánime de los místicos que sabían, saben, que todo y todos somos parte de Dios, que también es el azar que nunca comprenderemos (no es bueno saber todas las cosas, en lo que aún no sabemos volvemos a ser niños, y eso alegra a Dios y calma a los hombres).

Hable del que hable en mis conciertos, imagino a Moisés cruzando el desierto, al bautista en el jordán, a Jesús entre sus discípulos, a Beethoven pensando en Mozart, a Borges imaginando a Darwin en la proa del Beagle tratando de imaginar el color del Nilo y el techo de la Biblioteca pública de Nueva York.

Hable del que hable en mis conciertos, imagino a un viejo flaco con el agua hasta la cintura en los arrozales de Vietnam, a Van Gogh incendiando el trigal para pintar el incendio, al último judío del último campo de concentración viendo llegar a los aliados.

Hable del que hable en mis conciertos, imagino al hombre que murió cincuenta millones de veces en la segunda guerra mundial porque es uno el que murió y muere y morirá en las esquinas de la soledad, en las alcobas del amor, en la violencia de las calles y las oscuridades de los caminos, en los hospitales y los asilos, como uno es el hombre que camina las diversidades del mundo, que hace los panes y las ventanas, que se excita en las ciudades y se aquieta en los ponientes, el que provoca la guerra y el que la evita, el asesino y el asesinado, el que salió del Kremlin y el que espera en el Vaticano, es decir que hable del que hable, estoy hablando del único hombre, de esa pluralidad que se ahoga en la multitud, ese uno que es todos y que siempre está solo y que tal vez muera en un avión para renacer en un barco.

Cuando hablo de alguien en mis conciertos estoy hablando de todos porque la humanidad es un solo hombre atomizado.

Por aquí anduvieron los dinosaurios, por esta tierra por donde todavía caminan los mapaches, que se hincan ante el mismo sol que me ahincó, a veces solo y a veces con los chamelas y los lacandones en Chiapas o con los descendientes de los incas en el Cuzco peruano o con los tuareg en el Sahara o con los tarahumaras en las sierra madre de Chihuahua.

En piedra del águila el mundo es más viejo, como yo cuando canto, es decir cuando mi espíritu me recuerda los poemas de Chuanz Tzú y los dibujos de Hoquisai, las mañanas con Krishnamurti y las tarde con Borges, el Krishnamurti que me lleva hasta Hermes Trismegisto y el Borges que me lleva hasta el Dante que también soy porque uno es lo que ama, por eso el mundo es mi casa. Después de siete lagos entre montañas nevadas y bosques milenarios llego a San Martín de los Andes, donde el mundo se queda quieto frente a los leños ardiendo, momento ideal para volver a los libros, a los que amo, es más, soy hijo del libro de los libros, la Biblia, Después, otros libros se encargaron de embellecer mi vida, por eso siento en el esqueleto la presencia de los libros, presiento en ellos un bello orden, miles de cosmogonías girando alrededor de un punto, todos los tiempos en el ahora mismo, las más antiguas mañanas en unas sola tarde, el Universo encerrado en la magia de las palabras, a las que uno carga como quiere, por eso las mismas palabras nos dicen diferentes cosas, tienen diferentes consecuencias, otras implicancias y otra música.

Para mí la biblioteca es la manera más alta y sutil de la realidad, la seguridad de que allí sí escucharía voces inteligentes, una posibilidad de salvación, y así fue porque en la biblioteca encontré una gran libro de tapas negras y letras doradas que (que lo sospeché desde le primer momento) tenía mucho para mí, por eso tocaba sus finas hojas con mucho cuidado, no quería herir a Isaías ni molestar a Salomón, no quería estorbarle el éxodo a Moisés ni distraer a Jesús de sus discípulos.
En la biblioteca también había topos que eran hombres, hombres que monstruos, noches de luna ardiente, gente que seguía siendo inglesa en la India, ángeles que solo bajaban para enriquecer a la poesía, patriarcas y caudillos, laberintos de altas paredes que excitaron al ciego memorioso hasta el último minuto de su vida, uvas para la Matilde chilena, vino debajo de la luna del persa, golpes en la espalda del poeta peruano, lámparas generosas y crónicas marcianas, el Martín Fierro y Withman, que cantaron por mí antes de mí, Lorza Pound, Thomas Mann, Tuaín. El tiempo los ha mudado de la biblioteca a mi memoria, la biblioteca donde Borges me enseñó que cada libro es infinito porque cambia a cada lector, entonces pensé ¿Qué será una biblioteca?

Todavía tengo necesidad de bibliotecas y de atlas, tal vez porque tengo ganas de quedarme quieto, de recordar al mundo caminando desde el sillón más cómodo y frente a los leños ardiendo como ahora.

Hizo falta todo el tiempo para llegar a este momento y a este lugar, por eso este aquí y ahora es importante, y si lo vivo con plenitud, sin planes que me distraigan del presente, seguiré teniendo pasados bellos, y mañanas venturosos, entonces, no habrá lugar ni para la culpa ni para el reproche, además extrañar a mi casa sería una injusticia, una descortesía con este encantador pueblo entre montañas, tan cerca del cielo como de Chile.

Cuando hablo de libros vuelvo a gozar lo que me dieron cuando los encontré, vuelvo a gozar, por ejemplo, a los nuevos desiertos y a la poesía luminosa de Ray Bradbury, a las inteligencias de Goethe, a los excitantes vagabundos de Blaise Cendrars y a los fervores de Hemingway, y a compartir esos placeres es mi mayor placer.

Los libros me abrieron horizontes insospechados, me dieron más ideas sobre lo verdaderamente importante, que es la vida, me despertaron para que ponga en acción a mis dones, y ejecutándolos, comencé a gozar al mundo y a saber de mí, que soy, como todo ser humano, arte en movimiento, idea que comparto con mis amigos, que casi siempre tienen que ver con los libros, que nos convocaron, aunque unos estén en la pintura y otros en la arquitectura o la agronomía, los amigos con los que compartí a León Bloy, a Amerson, a Berkeley, a de Quincey, a Horacio Quiroga, a Leopoldo Marechal, a Reynaldo apenas, y ellos compartieron conmigo a Pascal, a Bandelaire, a Lezama Lima, pero también tuve amigos que jamás se acercaron a los libros, y a ellos me asoció la calle, el disconformismo, la furia y los pequeños goces de la noche .. Las mujeres, el vino y las canciones poco pensadas.

No hago planes para escribir, me gusta lanzarme al vacío del papel en blanco, amo a ese peligro, tan parecido al peligro del amor que siempre conlleva un estado de guerra. Trato de meter el encuentro en el papel que siempre me está esperando, a veces al día, muchas veces al mundo, y lo maravilloso es que cabe el Universo cabe en la literatura, a veces en una sola página, a veces en una sola línea. Henry Millar decía que, a diferencia del arquitecto, el escritor suele descartar su plano en el proceso de erigir su edificio (esa catedral idiomática, diría Borges sí hablara de Ullysses de Joyce). El libro es una experiencia, no un plan que sigue leyes, en un libro poco y nada queda de la vida primera, solo una telaraña donde a veces no se puede apoyar nada.

Escribo entre lagos y ahora lo que seguramente otro escribió entre barcos y antes (no hay nada nuevo bajo el sol nos enseñó Salomón, el hijo de David, que fuera rey en Jerusalén). También en tardes como esta otros leyeron los libros que todavía no leí (en las galerías de mi memoria está el dato exacto, pero un sagrado escalofrío me aleja de él). Se que pienso lo que ya fue pensado y que amo lo que ya fue amado (Jesús, las rosas, la nieve, el mar, la luna de siempre, Dickens), sé que también soy los muertos y que seguiré vivo en otros cuando me haya muerto, por eso ahora somos muchos los que escribimos, aunque la obra sea singular (la humanidad es una sola sombra).

Yo pensaba declararme en la palabra pero estoy declarando a todos los que me confirmaron, lo que confirma que no hay más pluralidad que el artista. A veces cansado de agotar a las lámparas y a sus noches en mis libros, me pierdo en la ciudad, que es una manera estruendosa del olvido. Soy un camello que la cruza penando en el desierto y añorando preciosas y antiguas cargas, por ejemplo los rollos del mar muerto donde todavía no se posaron los fatigados ojos de los hombres.

Estoy en la Patagonia, en la querida y árida soledad donde nací, que tal vez será el ancla que detendrá mi largo vagabundeo, y esto para cerrar el círculo que es toda vida. Estoy gozando la libertad que me exige mi conciencia, y desde el corazón de esa libertada canto y cuento, por ejemplo al cacique Manhattan, que ahora es una isla, el punto central del hombre del siglo veinte. Los indígenas se fueron pero dejaron bellos sonidos en la trajinada tierra americana – Arizona, Texas, Oklahoma, Iowa, lugares que son una palabra más, lo que esta nos sugiere, lo que nos recuerda, lo que nos hace inventar otras palabras, mi propio nombre fue inventado alguna vez por alguien que nunca sabré, o que olvidé, que es lo mismo.

El olvido es un atributo de la vejez, una gentileza de Dios porque nos aliviana. Blake decía que el tiempo es un don de la eternidad, lo que quiere decir que podemos sentir y vivir sucesivamente, sería abrumador que nos dieran a un tiempo Picasso y los mayas, Velásquez e Hiroshima, la teoría de la relatividad y la muralla china, Hitler y Goya, Copérnico y Plotino, Troya y Bagdad, el rolls royce y los vikingos, Freud y Herodes, el verano y sus lluvias, la selva, el desierto y Nueva Cork, la adolescencia, y la vejez. Moriríamos agobiados por el Universo y sus infinitas cosas sí no viviéramos sucesivamente, favor que le debemos al ilusorio tiempo, por eso aprecio el favor del olvido que calma a m corazón y alivia a mi cabeza, y al sueño, donde una vez al día descanso de la agotadora vigilia, como en la muerte descansamos un rato de la vida. Tal vez mi castigo (o mejor dicho mi destino) sea no poder detenerme, no poder alejarme de los caminos, no poder quedarme en el mismo lugar un rato largo, estoy caminando desde que nací, y la razón fue el éxodo al que fue condenada mi madre cuando mi padre perdió el camino de regreso a casa.

Todas las noches me confieso en el escenario y anuncio el retorno de mi profeta, que prometió volver en cada uno de nosotros, y los profetas son hombres de palabra, por eso cada teatro se transforma en un templo, por eso cada escenario vuelve a ser el jordán desde donde yo, otra vez el Bautista, aconsejo enderezar el camino porque después de mí viene el que es antes de mí.

Algo se ordena cuando canto, algo comienza a armonizar dentro mío, que nunca se detiene, que siempre se renueva, como la poesía, y esto seguirá hasta que (según Neruda) llegue la muerte vestida de almirante, pero solo yo me detendré, la canción seguirá porque la canción nunca termina, solo se suspende (Bonard se colaba de noche en el museo para corregir algunas pinceladas de sus obras).

Cruzo la Patagonia con el recuerdo de los últimos países caminados en mi memoria_ la España donde crucé la árida tierra de Machado a 250 Km. por hora en el tren que me dejó en Sevilla para homenajear a Lorca con palabras de Withman, la Costa Rica donde canté a todas las madres en una sola, la mía, el Puerto Rico que calentó aún más a mi corazón para cantar la gloria de la vida, la Venezuela que crucé desde el mar a la cordillera repitiendo al Jesús que me puso de píe, la Colombia de García Márquez donde recordé al Borges del mundo, el Chile de Neruda donde agradecí a los mapuches que abrigaron a mi infancia, el Uruguay de los cantores a los que debo mi oficio, este vivir en voz alta, y el Estados Unidos donde mi corazón siempre recuerda a Lutero King con la esperanza de que un día los americanos se den cuenta de la alta misión que deben cumplir, porque Estados Unidos es una fiesta étnica, la reunión de razas más grande de la historia (Nueva York, por ejemplo es la capital del hombre de estos días).

Algo grande sucederá, y sucederá allí, en esa torre de babel que ahora funcionará, por algo Dios insiste, no es casual que nos juntemos todos allí y tampoco es casual que allí sucedan más cosas que en el resto del mundo, y a esto le ponemos amor, sí solo nos guiamos por la verdad, que es una sola en todo el Universo, Estados Unidos será el salvador, no el verdugo de la humanidad, el moisés de ella, no el Herodes y eso también depende de todos los pueblos del mundo, que giran alrededor de Estados Unidos. Es el momento de que el hombre bueno entre en acción porque solo el hombre bueno puede armonizar diferencias (que eso es la justicia), solo el hombre bueno puede concretar al hombre planetario, porque a eso está previsto que vayamos, para eso trabajaron y trabajarán, los hombres inteligentes, por eso Dios le ordenó a Abraham: Abandona tu tierra natal y la casa de tu padre y ve al país que yo te indicaré, haré de ti una gran nación, te bendeciré, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra.

De una y de todas maneras, nos vamos encontrando lenta, misteriosa, sensualmente, porque la que teje esta red revolucionaria es la poesía, ella nos lleva de la mano y debajo de la luna hasta que los últimos rincones del mundo donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abrazará al mundo. Esta revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con al vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando, fatalmente, para iluminar cada rincón. Salimos de las bibliotecas y las alcantarillas, preocupamos a los políticos y a los dictadores, asustamos y excitamos a los pueblos.

Entre ciervos y cóndores vamos de San Martín de los Andes a Neuquén, donde cantaré esta noche, pero antes nos detenemos en un pequeño pueblo cordillerano donde en un delicioso teatro de madera recuerdo a Jack London, y con él aparecen los pequeños pueblos del sur de la provincia de Buenos Aires, esa tristeza por nada, esos rituales del aburrimiento, la vuelta al perro, que era una hastiada marcha que rodeaba la manzana central del pueblo, los amores de paso, o mejor dicho al pasar porque rara vez teníamos el valor de declararnos.

En ese ámbito llegué a Jack London en esos días de llovizna y soledad, en los rincones de bodegones con olor a guiso, con los manteles siempre manchados por el vino más barato, en donde las pensiones donde la estrechez era asfixiante, donde todas las familias eran iguales. En esos años se me cruzó el Martín Edén de Jack London en las interminables horas de la siesta pueblerina, cuando yo también me enamoraba de los maestros porque estaban cerca de la cultura, el que pido Jack London, un faro resplandeciente que me ponía de pie cuando anunciaba a los estudiantes norteamericanos. ¡La revolución ha llegado, y nadie puede detenerla! ¡Jamás hubo nada semejante a esta revolución en la historia del mundo, diferente a la revolución francesa y la norteamericana, porque es una revolución mundial, la primera en un mundo repleto de pseudos revoluciones, la única revolución que está limitada por los límites del planeta, una llamarada para siempre, no un grito de descontento popular que aparece un día y desaparece al otro. Jamás pude olvidar el esplendor, la potencia de Jack London, el aire a himno de sus historias casi casualmente poéticas, y si digo poesía digo Jacques Prevert, que para mí fue un espejo, la atmósfera que años después me pertenecería, la atmósfera que puebla al teatro de madera donde recuerdo a Blaise Cendran (¿cómo olvidar a esa alma gemela?), y al grandioso célibe, y al Spencer tan anarquista que llegó a proponer que cada individuo acuñara su propia moneda. Entre canción y canción recuerdo a Emerson, el que festejara a Withman, el Emerson padre de dos vocablos oscuramente bellos – Everness y Neverness, algo así como siempredad y nunquedad, recuerdo con agradecimiento el retorno de los brujos de Pawell y Bergier, al ciudadela de Antoine de Exupery (que algún día será considerado uno de los libros sagrados).

Al Tao Te King de Lao Tsé y a las Antimemorias de André Malraux.

Siempre hay Tiempo para el Amor


Facundo CABRAL


Que uno tiene que buscarlo y dárselo. Que nadie establece normas, salvo la vida. Que la vida sin ciertas normas pierde formas. Que la forma no se pierde con abrirnos. Que abrirnos no es amar indiscriminadamente. Que no está prohibido amar. Que también se puede odiar. Que el odio y el amor son afectos. Que la agresión porque sí, hiere mucho. Que las heridas se cierran. Que las puertas no deben cerrarse. Que la mayor puerta es el afecto. Que los afectos, nos definen. Que definirse no es remar contra la corriente. Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja. Que buscar un equilibrio no implica ser tibio. Que negar palabras, es abrir distancias. Que encontrarse es muy hermoso. Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida. Que la vida parte del sexo. Que el por qué de los niños, tiene su por qué. Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad. Que querer saber todo de todos, es curiosidad mal sana. Que nunca está demás agradecer. Que autodeterminación no es hacer las cosas solo. Que nadie quiere estar solo. Que para no estar solo hay que dar. Que para dar, debemos recibir antes. Que para que nos den también hay que saber pedir. Que saber pedir no es regalarse. Que regalarse en definitiva es no quererse. Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos. Que para que alguien sea, hay que ayudarlo. Que ayudar es poder alentar y apoyar. Que adular no es apoyar. Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara. Que las cosas cara a cara son honestas. Que nadie es honesto porque no robe. Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo. Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte. Que se puede estar muerto en vida. Que se siente con el cuerpo y la mente. Que con los oídos se escucha. Que cuesta ser sensible y no herirse. Que herirse no es desangrarse. Que para no ser heridos levantamos muros. Que sería mejor construir puentes. Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve. Que volver no implica retroceder. Que retroceder también puede ser avanzar. Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

No estás Deprimido... estás Distraido - (Texto completo)


Facundo CABRAL


No estás Deprimido, estás Distraído...

Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro, alma y espíritu... entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado.
Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones, además no es tan malo vivir solo; yo le paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad, me conozco, algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa por sólo citar dos casos conocidos.

No estás Deprimido, estás Distraído...

Por eso crees que perdiste algo lo que es imposible porque todo te fue dado, no hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada además la vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que vueles más alto para que alcances la plenitud.

De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas, problemas son lecciones y la vida es dinámica por eso está en constante movimiento, por eso sólo debes estar atento al presente, por eso mi madre decía “yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios” por eso Jesús decía “El mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán”.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó porque para allá vamos todos, además lo mejor de él, El Amor, sigue en tu corazón.
Quién podría decir que Jesús está muerto, no hay muerte, hay mudanza y del otro lado te espera gente maravillosa, Gandhi, Michelángelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que en la pobreza se está mas cerca el amor porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja porque nos hace desconfiados.

No encuentras la felicidad, y es tan fácil, sólo debes escuchar a tu corazón antes que intervenga tu cabeza que está condicionada por la memoria, que complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan: la cabeza que divide, es decir empobrece, la cabeza que no acepta que la vida es como es, no como debería ser.

Haz sólo lo que amas y serás feliz.

El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar porque lo que debe ser será y llegará naturalmente.
No hagas nada por obligación ni por compromiso sino por amor, entonces habrá plenitud y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija, la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 o 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú, a ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás: recuerda a Jesús, amarás al prójimo como a ti mismo.

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición, no algo que te llegará de afuera; además la felicidad no es un derecho, sino deber porque si no eres feliz estás amargando a todo el barrio.

Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir mandó matar seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una perdida de tiempo.

Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Peruggia, la baguette Francesa, los tacos Mexicanos, el vino Chileno los mares y los ríos, el fútbol de los Brasileros y los cigarros de Chez Davidoff.

Tenemos para gozar las mil y una noches, la divina comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y la poesía de Whitman, Mahler, Brahms, Ravel, Debuzzi, Mozart, Schopain, Beethoven, Caravallo, Rembrandt, Velázquez, Cézanne, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas.
Si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto; tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas.

Y si le ganas serás más humilde, más agradecido, y por lo tanto fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.
No estás Deprimido, estás Distraído...

Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo, ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas; además el servicio es una felicidad segura como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.
Da sin medidas y te darán sin medidas, ama hasta convertirte en lo amado, más aún, hasta convertirte en el mismísimo amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan a la vida. El bien se alimenta de sí mismo, el mal se destruye a sí mismo.

Si los malos supieran que buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio.

No estás Deprimido, estás Distraído...

Si escucharas al otro, al que llevas dentro sabrías todo, en todo encontrarías algo para ti, entonces te elevarías constantemente y ya no habría confusión sino matices, y en esa serenidad no buscarías nada, entonces encontrarías todo y estando en el presente dirías y harías lo que hay que decir y hacer a cada momento, natural y graciosamente, sin esfuerzo, lo que haría que tu relación con los demás fuera plena.

Y al crecer en el amor serías más creativo, sin límites ni condiciones.
La ignorancia nos hace sentir encerrados y mortales, es decir que nos encerramos y nos limitamos solos.

El miedo nos distrae del amor que es sabio y valiente porque sabe que no hay ni medidas ni fin, busca adentro y desaparecerán las nubes de la periferia; quédate quieto y en silencio para escuchar al sabio que llevas dentro. El que tiene siglos, no años como tu cuerpo, por eso está más allá de tus caprichosas medidas, de los prejuicios que provoca el miedo, hijo de tu ignorancia.

El sabio que está más allá de los efectos que crees buenos o malos, ricos o pobres, oscuridad o luz, porque está en lo esencial es decir en la mismísima causa, en lo invisible de donde surge todo.

Y cuando escuches al sabio que llevas dentro sentirás a la lluvia buena y saludable, al frío, estarás tan atento a la causa que todos los efectos serán luminosos, ese estado de claridad agiornará todos los rincones, por eso lo compartirás todo y a todo llegará graciosamente entonces la riqueza se multiplicará a cada paso.

David le pidió sabiduría a Dios, que le dijo no pides poco porque la sabiduría incluye todo.

No vives entre límites sino en el mismísimo centro de lo milagroso, libre del ilusorio orden de la mente lineal, excitado por la imaginación y armonizado por la esperanza.

Eres un espíritu que por un rato ocupa un cuerpo, un vehículo apto para este deambular por mares y montañas, entre delfines y elefantes, entre ciudades y desiertos que cada tanto lo cubren todo para recomenzar el cuento.

Y en el medio del mundo del espíritu juega la razón, que cura el cáncer, que facilita las comunicaciones, que estudia el terreno de Marte, que puso al hombre en la luna.

El pensamiento te lleva a nuevos lugares y te hace ver diferentes, más ricos a los viejos y esto te cambiará tanto que cambiará tu actitud frente al mundo al que alguna vez quisiste cambiar en lugar de entenderlo; y cuando cambies tendrás incidencia en él.

Cierra los ojos y verás todo lo que será, liberado del tiempo histórico viajarás a la velocidad de la luz y ese viaje puede mejorar la vida de muchos porque es incalculable el poder del pensamiento, que es un grandioso alquimista que puede transformar cualquier circunstancia en una fiesta, es decir cualquier metal en oro.

Una vez encendida la luz interior, nada puede apagarla, es tan perfecta e incorruptible como el oro que simboliza el poder de la pureza, de lo esencial, es decir del espíritu que es un viaje infinito y maravilloso porque estalla a cada instante vivido con profundidad.

La santidad es la meta prevista para todos, aunque pocos se den cuenta o se animen a entrar en los caminos que llevan a ella.

Abandonado el ego, comienzan los milagros, entonces sin lucha recuperarás la fuerza natural; por eso podrás provocar vida a través del amor, hasta caminarás sobre las aguas y curarás con la palabra. Recuerda que Jesús dijo, cosas mas grandes verán, cosas más grandes harán.
No estás Deprimido, estás Distraído...

Por tu ego, que distorsiona, lo contrario de la inocencia que aclara.
El ego confunde a las cosas con su juicio, cree que las cosas son lo que él piensa que son, es más el ego cree que las palabras son las cosas; el ego no vive, interpreta, es una constante actuación que nunca alcanza a la realidad.

En tanto la inocencia trata a todos por igual por eso está mas cerca de la felicidad, de la riqueza, de la tranquilidad; la inocencia ve todo con asombro por eso nos lleva de fiesta en fiesta, la inocencia cree lo que es una bienaventuranza, la inocencia es excitante porque ve todo por primera vez, para ella el mundo está lleno de novedades; para la inocencia todo es un espejo porque en la inocencia tomamos conciencia que somos parte de Dios, es decir el que se ve a si mismo en todas las cosas.

El inocente se divierte fácilmente porque todo le llama la atención, una vaca pastando, el tronco de un viejo árbol, las mariposas negras sobre los trigales dorados, el colibrí detenido en el aire, el panadero sacando el pan del horno, la noche estrellada, la lluvia del invierno, los leños ardiendo en el hogar, los papeles de Matisse, las caravanas de las hormigas y las de los beduinos; el sermón del domingo a la mañana y el fútbol del domingo a la tarde.

El ego le pone nombre a las cosas pero el inocente las ve, el ego las juzga, el inocente las vive; el ego divide, la inocencia armoniza diferencias, el ego depende de la mente, el inocente del corazón.

El ego es viejo porque depende de la memoria, pero el inocente está naciendo a cada instante, el ego nos agota porque siempre lucha, el inocente flota graciosamente porque siempre se entrega, el ego se aburre porque no puede dejar de buscar, el inocente va de asombro en asombro porque siempre encuentra y puede quedarse por la eternidad gozando del mismo caballo, la misma flor o la misma estrella porque el inocente está tan entregado a la vida porque cambia como ella, constantemente.
Por eso lo mismo nunca es lo mismo, por eso la inocencia es fresca para siempre.

Ahora que estás solo y tranquilo, olvida lo que eres porque eso es creación de los demás y escucha tu corazón:
Que quieres ser?

Que quieres hacer ahora, porque la vida es ahora mismo.

Olvida lo que crees que eres y comienza ahora mismo, entonces convivirás con todos fácilmente; es tan grato vivir sin divisiones, bueno, malo, rico, pobre, negro, blanco, amigo, enemigo, compatriota, extranjero.
Es tanta la liviandad cuando no hay enemigos que podemos volar en cualquier momento porque la alegría tiene la simpatía de la magia.
No perdiste la inocencia, sólo la ocultas por miedo a la burla de los que solo pueden catalogar porque la perdieron.

Déjala salir y recomenzarán los juegos de tus primeros años pero enriquecidos por la inteligencia, libérate de los preconceptos de la memoria.

Y mira todo como por primera vez, entonces te salvarás del aburrimiento que ensombrece a los que creen saberlo todo y no confundas a la actividad con la vida; ahí está el sol, exactamente ahí, para que lo veas, ahí está el árbol hace muchos años para que te des cuenta que es una maravilla.
Libérate de la imagen que te ayudaron a forjar los demás y volverás a la inocencia que es nuestro estado natural.

Entonces estarás contento con las arrugas que confirma todo lo que viviste, es más, sólo en la inocencia sentirás que eres parte de todo lo que te rodea, es decir que solo en la inocencia puedes ver a Dios.
No Estás Deprimido, Estás Distraído…

De la buena información, inevitable para una buena vida. Salomón o Borges en lugar del periódico, Mahler o Bach en lugar del televisor, amistades inteligentes y positivas en lugar de perdedores por indolencia e ignorantes desdichados por su propia decisión; de este modo recibirás la mejor energía, la esencial, porque el crecimiento es natural de la vida; el movimiento constante es su causa y para estar listos para los cambios debemos estar libres y atentos, con las herramientas preparadas para ejecutar cuando las energías pasen por nosotros, de lo contrario se esfumarán como el humo que sale de las chimeneas.

Por eso es conveniente estar cerca de los que son buenos receptores, los despiertos, los curiosos como Bertrand Russeil, Shopenhauer, Bradbury, Ecco, Paz, Krishnamurti, Osho, por hablar de los más cercanos.

El secreto de Einstein era seguir a las cabezas mas altas que la suya, el secreto de Campbell fue meterse en todos los secretos de la historia, solo la inteligencia puede detectar como se entrelazan las cosas importantes de la vida.

Solo la inteligencia puede conectarnos con el universo, hasta comprender que somos partes del por lo tanto tenemos su misma energía.

Nada se repite, por eso hay que vivir ahora y la vida entera está en cada acto como todo puede nacer de un solo átomo. Y la inteligencia es la que ve antes de ver, la que sabe a donde va, lo que se está diciendo o haciendo; las grandes consecuencias de la mínima actitud.

Y solo el que está presente puede comprenderlo todo, el que bebe directamente de la fuente de lo esencial, por eso sabe que todo puede suceder, por eso nada lo aflige, es más, al aprender de los errores los transforma en aciertos.

Nadie tiene derecho a la ignorancia, por eso lo pagará caro y lamentablemente ensombrecerá el camino de todos; por lo tanto la ignorancia es una manera inconsciente del mal, como el ideólogo que al separar puede llegar a provocar una guerra.

El sabio sabe que la tarea es hacerse cargo de uno mismo y armonizar diferencias porque separar además de empobrecer es un suicidio, por esa razón hay muertes hasta en las canchas de fútbol.

El sabio no separa porque todo es parte del todo, solo está atento para ver las conexiones; alguna vez canté que se mueve alguna estrella cuando arranco una flor, el sabio está en el río que une todo, en la energía que lo entreteje todo, el sabio sabe que es un sueño mas de Dios hecho realidad, salvo que lo que llamamos realidad, sea otra manera del sueño.
Donde el ignorante ve dos cosas, el sabio ve una y esa una es la verdad, el sabio se ve en lo que ve; es iluminado e ilumina, es consciente que él también es luz, es decir el estado más elevado del ser.

Lo que llamamos muerte es el estado más sutil de la luz.

Si quieres vida, vive en paz, si quieres muerte, vive en guerra; cuida cada palabra porque estamos estructurados en palabras, no hieras ni ofendas a nadie porque de uno en otro puede volver a ti transformada en una bomba.

San Agustín aconsejaba: Solo pides justicia, pero sería mejor que no pidieras nada, o dicho de otra manera no interrumpas con tu pequeña cabeza la grandiosa tarea del Señor, al que San Francisco pidió: Haz de mí un instrumento de tu paz, que donde haya tristeza yo lleve alegría, que donde haya oscuridad yo lleve luz, que donde haya odio yo lleve amor...

La oración dilecta de mi madre dice:
Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado tus muchos santuarios olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí, y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones cuando mi corazón sabe que mis pecados me son perdonados antes que los cometa, tanta es tu misericordia, amado Señor...

No té agotes compitiendo, Dios sabe lo que es para ti y el dato está en tu corazón, entonces haz lo que amas… no hay otra manera de vivir.
El mismo amor que me trajo, te trajo, por eso es un error decir que hacemos el amor, el amor nos hizo y nos modela día a día y esto depende de lo blando, de lo abierto que estemos, y por ser obra del amor el ser humano es maravilloso.

A él le debemos el pan, el queso, el vino, la música, la pintura, los aviones y las computadoras entre tantas cosas.

Y si el hombre es lo que ama, somos todo lo que fue, lo que nos hizo posible, desde Buda hasta Rembrand, desde Mozart a Picasso, desde Copérnico a Freud; somos el viento que refresca y la lluvia que renueva, somos la nieve del invierno y las flores de la primavera, somos la luna, el sol, somos otro fruto de Dios.

Yo soy un recién nacido, pero por la experiencia que guardó mi memoria ya no quiero herir a nadie porque sé que la agresión trae enfermedad, es decir, complica mas las cosas, somos parte de la misma cosa, por lo tanto si te hago mal, me hago mal, antes me movía la razón que es subjetiva, ahora el amor que es la razón del universo, pero no perdí el fuego, es más, ahora tiene mayor calidad porque antes quemaba y ahora ilumina, es decir que pasé de destructor a constructor.

Al pobre le hablo de esperanza y al rico de conversión, la esperanza salvará al pobre y la conversión purificará al rico, la esperanza del lado del pobre y la conversión del lado del rico acercarán a nuestros hermanos, y yo vine a trabajar para ese encuentro, y cuando todos se junten no habrá cerraduras en las puertas ni habrá fronteras, entonces todos compartirán todo por lo tanto reinará el buen humor, Clinton y Castro jugarán tenis en Cancún y Husseim llevará sus hijos a Disneyworld.

No estás Deprimido, estás Distraído...

De la paz, por eso te pregunto cuando vas a dejar de pelear para comenzar a vivir, porque no se pueden hacer las dos cosas a la vez.

Me preguntas cuando volverá Jesús, y te digo que nunca se fue, que siempre estuvo en tu corazón, solo tienes que callar a la cabeza y escucharlo; nadie se hace la gran pregunta, ¿qué soy? Todos siguen cumpliendo un papel, generalmente decidido por los demás, como el éxito y el fracaso, todos son lo que se ve, sus cuerpos o sus logros materiales, y las cosas materiales son tan importantes que los amores que comienzan en los parques, terminan en los tribunales.

Todos ejercen la mendicidad de alguna manera, olvidando o no enterándose jamás que son príncipes, parte de un universo extraordinario al que olvidan por pequeñeces locales, parroquiales, a veces solo familiares.

Reconozco muchas caras y conozco algunos nombres, pero pocos individuos que sepan quienes son.

Me preguntas dónde puedes encontrarme y te digo en cualquier parte porque soy parte del universo. El nombre y el oficio son distracciones, cárceles, limitaciones; un camino que nos marcan y que seguimos ciegamente tan ocupados que jamás nos detenemos a pensar quienes somos, y el espíritu que es lo que somos, no acepta condiciones.

Por eso no hay que confundir lo material con la realidad, por lo tanto no hay fronteras, aunque la mayoría las necesite por miedo al infinito; por eso inventó instituciones como el matrimonio, el nacionalismo, los ideales, la patria, estacas a las que se ata para no tener que vivir la totalidad.

La casa de uno es uno, por eso yo estoy bien en todas partes, y a mi casa entran y de mi casa salen pensamientos y sucesos constantemente. Y si mi casa soy yo, que soy parte de todo, mi casa es este mar y esa playa, esos delfines y este hotel, esta silla y aquel velero que deja una estela blanca sobre el turquesa que inventa la luz, que también es mi casa como las sombras de los laberintos que pueblan las mentes de los locos, que también son mi casa.

Como la música de Mahler, la pintura de Cézanne, los cigarros de Chez Davidoff y el rock and roll.

No puedes mover a tu cuerpo porque está demasiado cargado de pasado, olvida hasta tu nombre y comienza de nuevo en este momento e inmediatamente sentirás que vives en un mundo maravilloso.

Cuando sientes que no eres lo que piensas, puedes volar, el principio y el final, es decir la vida y la muerte son invenciones de la mente, como sufres cuando se va tu hijo porque te acostumbraste a pensar que eras solo padre.

Deja el pasado de lado y sentirás toda la vida, solo las moléculas se disuelven; la conciencia no muere con la materia, la luz de la conciencia seguirá iluminando los infinitos caminos de la vida.

No somos tan malos como creemos, por eso la paz es posible y la paz es el punto más alto que podemos alcanzar, parece que Dios nos ama más que nosotros mismos porque sigue dándonos oportunidades todos los días.

Francisco tenía razón, el sol y la luna son hermanos, los animales y las plantas son nuestros hermanos porque todos somos criaturas del señor; entonces nuestras obras son nuestras hermanas y hermanas del sol, la luna, los animales y las plantas.

Y si digo nuestras obras digo la pintura, la música, la literatura, los automóviles, los aviones, los teléfonos, las computadoras.

No busques afuera, lo que no tienes adentro.
No puedes pedir amor, si no lo diste.
No puedes pedir justicia, si no fuiste justo.
No puedes buscar paz afuera, si no la tienes dentro.

Pero no hay apuro, tienes a la eternidad delante, además el trayecto suele ser más emocionante que la llegada, si es que se puede llegar a alguna parte; entonces lo sensato es recomenzar a cada instante.

Sin impaciencia, desaparecerá la violencia, la vida le gana a la muerte, por eso nace más gente de la que muere y nacen más en los países pobres que en los países ricos, ocupados en fabricar armas para matar a la mayor cantidad de gente posible, tarea grosera e inútil porque la vida vence a la muerte.

Que al fin y al cabo es una manera de recrear, por eso el arte que es una fiesta sigue inventándole fábulas a la vida para llenar de esperanza a la gente y esto en un lenguaje que nos llega a todos, la belleza.
La paz, hace nacer pueblos y enriquece a todos, pueblos que se comunican entre sí gracias al arte que no tiene fronteras; pueblos que no dejan de elevarse como Manhattan, pueblos que flotan graciosamente como Ámsterdam, pueblos de rincones luminosos como París al que Cortázar pudo ver desde Buenos Aires y Henry Miller desde New York.

Pueblos como Sevilla, apoyados en el canto, pueblos como Copenhague de plazas congeladas para que vuelvas a los hogares donde los leños ardiendo son la mejor compañía de Ravel, pueblos como Zúrich de cajas fuertes rodeadas de lagos y cisnes, fue una tragedia para Salvador Dalí la muerte del suyo.

En la paz, todo es creación, es un vivir en arte, la paz me sonríe, me envuelve con su aire fresco; la paz me hace gozar como nadie al sol de todos.

Por la paz, mi canto se eleva muy alto y agiorna los rincones más bajos, la paz es el poema que mejor me modela, en la paz mis hermanos trabajan la tierra y mis hermanas tienen hijos; en la paz se siente cómoda la libertad y es fácil la justicia.

La paz es una flor donde están todas las primaveras, en la paz nos miramos a los ojos y compartimos todos nuestros sueños por audaces que sean.
En la paz, uno es uno mismo, sin esfuerzos, en la paz todo me da derecho a sentirme hijo de Dios.

No seas desagradecido, piensa cuantas cosas tuvieron que conectarse desde lo más recóndito del universo para que fueras éste que eres, para que pudiera ser la ciudad donde vives.
Piensa cuantos millones de años tuvieron que pasar para que tuviéramos conciencia de la maravillosa inmensidad que nos rodea, de la que somos parte.

Yo soy nosotros, dice Marcos Constante, que tiene una visión transpersonal, es decir que ya está en la nueva era.

Abre los ojos de tu corazón y lo verás a Dios que es lo que nos habita cuando estamos conscientes, entonces sentirás que el espíritu se recreó hasta llegar al hombre que llega a tener conciencia de Dios; el hombre en el que se repite toda la evolución.

Somos el final de una cadena extraordinaria que tiene quince mil millones de años, tal vez seamos el objetivo de la creación, entonces nuestra religión es universal.

Arriesga
La vida es cambio permanente, por eso siempre te da revancha, recuerda que el que no está dispuesto a perderlo todo no está preparado para ganar nada.
Ahora que estás solo y tranquilo, ahora que estás contigo mismo, único ser del que eres responsable te diré: Deja que la curiosidad te lleve donde sucede la vida, no seas espectador de la televisión sino protagonista de la tierra; recuerda que a los que se animaron les debemos todo.

Píntate un sí en la frente antes de salir a la calle para que se te acerquen los que quieren vivir, sin preocuparte por el tiempo porque en una eternidad se recomienza a cada instante.

Y no pierdas energía cuidándote, porque la vida es bello peligro, si mi madre se hubiera cuidado de mi padre, yo no estaría aquí.

Si nos juntamos, somos ricos; tu tienes lo que yo no tengo y viceversa.
Y que sucedería si nos juntamos todos desde el cada uno que hay en el cada cual, la vida nos propone tantas cosas permanentemente que hay que hacer mas esfuerzo para seguir siendo pobre y desdichado que rico y feliz.

No olvides que eres un aristócrata, un príncipe porque eres hijo del rey del universo, solo tienes que darte cuenta; recuerda que Jesús decía que al pan lo trae la verdad y a todo lo que necesitas.

Entonces no hay límites, tú decides a donde quieres llegar, y esto con la alegría que abre todas las puertas porque para Dios, siempre somos niños.
Entonces la vida es un juego maravilloso, un juego que incluye al todo y a todos, estás hecho a semejanza de Dios, entonces puedes recrear todo.

Cuando dices no puedo, estás diciendo no quiero.

Ya hay demasiados mártires, necesitamos héroes; levántate y anda, yo te acompaño como te acompañarán todos los que se animarán a vivir mejor, los que terminan favoreciendo a toda la humanidad que es la grandiosa empresa a la que pertenecemos todos.

Camina tranquilo, que no te confundan los noticieros, el bien es mayoría, que no te distraigan de tu tarea que es alcanzar la plenitud.

Nada como vivir en uno mismo, solo así puedes sentirte en casa en cualquier parte, entonces nada es lejos ni ajeno.

Si cada uno fuera cada cual, la sociedad sería una orquesta enriquecida por todos los sonidos, por todas las voces, una grandiosa armonía de individuos; la sinfonía donde todos aportan su voz, una partitura escrita para cada uno de los instrumentos es decir una partitura respetada por todos.

Pero esa orquesta que deberíamos ser está fragmentada porque todos estamos contra todos, y esto nos ha agotado y desesperanzado por eso perdimos la imaginación que podría darnos alguna idea de convivencia.

Pero el miedo que es ignorancia nos separa más y más y este divorcio nos enferma y empobrece a todos porque la humanidad es un repertorio riquísimo, tan brillante como interminable.

Y todos tenemos que ver, porque todos venimos de un primer hombre, de una primera mujer.

Entonces, hay negros y chinos en mí, soy tan bueno como Jesús y tan peligroso como Hitler, soy tan Musulmán como ateo.

Muero con el que muere y nazco con el que nace, todos somos fecundados y auxiliados por todos pero desestimamos a todos porque nos desestimamos; en lugar de enriquecernos con el otro, le escapamos, nos combatimos en lugar de asociarnos.

Y matar al otro es suicida porque es una continuación nuestra, el odio que es miedo, nos ha traído a esta desesperanza que es donde se ahoga la imaginación y sin imaginación perdemos la bendita semejanza, es decir, dejamos de ser creadores.

La tarea es armonizar esta gigantesca variedad que es la humanidad porque esto enriquecería a todos.

Hasta dejamos de decir cosas bellas a las mujeres porque ahora puede ser considerado acoso sexual, pronto tendremos que salir a la calle con un abogado; parecería que vivir es una secuencia de pleitos.

La tarea es comprender que la vida son subidas y bajadas, constante movimiento, es decir cambios.

Entonces tenemos que sacar de nuestro lenguaje la palabra decadencia que es una etapa más.

Nada es para siempre.

Por eso debemos estar atentos, listos parar el cambio, preparados para toda circunstancia porque la vida es como es, no como debería ser.

Todo nos fue dado, por lo tanto nada nos pertenece.

Solo nos queda gozar lo creado y cuidarlo para el que vendrá, que es una continuación nuestra como nosotros somos continuadores de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos y así hasta Adán, el rojo Adán, como le gustaba decir a Borges; que cometió el peor de los pecados, no fue feliz. Por eso se sentía perseguido por la sombra de haber sido un desdichado.

El primer dato de sabiduría es saber quien es el que sabe, el segundo estar en lo amado, que nos hace más brillantes porque estamos más atentos, por eso rendimos más.

El amor nos agiorna dé tal manera que enamoramos a todos.

Está permitido que te caigas, pero no que te quedes en el suelo.

En este momento la sociedad está detenida por una congestión del tránsito, que ya es desmesurado porque las ciudades ya son desmesuradas.
O tal vez dejamos de pensar para cambiar todas las ideas y comenzar de nuevo.

Ya no habrá grandes mitos que seguir, ideologías, ahora deberemos comunicarnos de hombre a hombre porque esta es la era del individuo, por eso la Internet, entonces aumentará la calidad, desaparecerá lo macro para que señoree lo micro.

Esto quiere decir que de aquí en más no habrá televisor, política o familia que pueda apagar ese fuego sagrado que es el alma donde vive para siempre la inteligencia alimentada por el universo desde hace tantos siglos.

Los que preguntan, avanzan, los que no preguntan se quedan; es decir mueren porque la vida es movimiento, todo se recrea a cada instante por eso hay que estar atento

Por una mujer te pierdes al resto, por una casa te pierdes el mundo; es decir por una esquina te pierdes mares y río, es decir delfines, ballenas, salmones, tiburones.

Por una familia, una ideología y una religión, te pierdes arquitectos, egiptólogos, poetas, filósofos, chamanes, antropólogos, profetas, miles de maneras de ver al espíritu y las estrellas.

Orquídeas de Colombia, Bacón, Giacometti, Nietzsche, el golfo de Akaba, Alejandría, Tokio, la Grecia de Homero que tanto amó Lorenz Darrell, Guanajuato donde me enamoré de Catherine Valetzka aunque no tuve oportunidad de decírselo.

Chichicastenalgo donde con una danza ordenaron a mi esqueleto, París donde Rilke veía despertar a la belleza cada mañana al lado de Roddanne, el Tratévere Romano donde Fellini dibujaba sus personajes, donde el Moisés de Michellángelo está harto de los turistas que lo asfixian en San Pietrenvincoli donde apenas cabe.

Londres, Berlín, Bruselas, Praga donde los escritores románticos tenían una idea tan alta de la felicidad que nunca la alcanzaban, por eso se sentían desdichados, tristeza que los excitaba, dolor que gozaban como los cantaores flamencos y los cantores de tango.

Madrid, donde Lupe siempre está al borde del pensamiento pero nunca cae, Miami que es el puente que comunica a los latinos con los sajones, el desierto de Sonora donde conocí a Eric Fromm que decía que Suzucki era un budista Zen porque lo había experimentado y esa autenticidad lo hacia difícil de leer porque el Zen no da respuestas racionalmente satisfactorias pero si los libros de los intelectuales occidentales que lo explican mas fácilmente aunque no lo hayan experimentado.

No idolatres a nada ni a nadie, porque tener una idolatría es perder la independencia, y esto es conflicto, enfermedad segura.

Como fácil se pierde lo que se ganó sin esfuerzo, como sigue siendo pobre el que no goza lo que le sobra.

El gran paso es ir de la egolatría que te compromete, que te esclaviza a tantas cosas externas a la libertad interior.
Entonces se alcanza la paz y la paz te hace vivir todo con plenitud, es decir, enriquece.

Los últimos salvadores son dudosos, pero no afectan la enseñanza de Buda ni enferman a la Biblia, la enseñanza de Buda no está debilitada por el que no cree en la trasmigración, ni muere la Biblia porque se enfrente al saber mas realista de la historia de la tierra y de la evolución del hombre.

Como es inocente pensar en una sociedad sin delincuentes, pero cualquiera puede ser mejor si se lo propone.

No le bastan las buenas intenciones al universo, que es como es, no como nos gustaría que fuera.

La verdadera fe comienza trabajando en uno mismo para creer en uno mismo, y cuando uno está bien plantado en uno mismo se anima a ver todo, entonces conocemos a la realidad y de ahí en mas podemos comprenderla.

Entonces nos salvamos de las decepciones; sabemos que detrás de una máscara siempre hay otra como también vemos la pureza en la desnudez, las libertades del jazz y los rictus de las dictaduras.

Aceptar la realidad es salvarse de los engaños, entonces la verdad nos hace vivir plenamente.

No te engañes, entonces nadie te engañará.

Sé firme como Buda, como Jesús, como Espinoza, como Einstein, como Ford, firme pero abierto al mundo atento a las propuestas de la vida.
Predica las virtudes pero no calles las verdades.

Nunca te arrepentirás de haberte animado, y nunca te perdonarás no haberlo hecho, además no tienes nada que perder porque ni una sola de tus orejas es obra tuya; Y no te preocupes por el futuro porque al final de tu vida no te espera la cima de la montaña sino la paz del valle.

A nadie tienes que rendir cuenta si no haces mal a nadie, como nadie tiene que explicar nada; por eso no debes agotarte en las vanas tareas de querer convencer y gustar, lo importante es que estés convencido y te guste lo que haces, y si tienes un gran sueño debes estar dispuesto a un gran esfuerzo para concretarlo porque solo lo grande alcanza lo grande.
Si estudias superficialmente aprenderás superficialmente, si vives por la mitad sólo conocerás la mitad de la vida.

Si tienes la cabeza dividida verás al mundo dividido, si trabajas por obligación serás un desocupado, un desdichado mas, si tienes miedo no conocerás al amor que es valentía.

No estás Deprimido, estás Distraído...

Del presente donde sucede la vida, por ejemplo, los amaneceres y los ocasos, las gaviotas, los cóndores, las águilas, las palomas y las golondrinas.

Las montañas, los valles, los ríos y los mares; el deporte, el arte, la agricultura, la arquitectura, las selvas, los guacamayos, los monos, los tigres, los leones, los cocodrilos, los elefantes, los arroyos; los seres humanos de todos los colores.

El ilusorio tiempo que te empuja y la eternidad que te permite cambiar de rumbo y recomenzar a cada instante.

No estás Deprimido, estás Distraído...

De las maravillas que suceden alrededor de ti, desde nacimientos a cosechas, desde revoluciones a conciertos, desde campeonatos de fútbol a viajes interplanetarios.

No estás deprimido por algo que pasó, sino distraído del todo que es ahora mismo.

Vengo a recordarte que todos somos parte de la empresa más grandiosa, la humanidad, que construye, que cura, que siembra, que lava, que canta y que baila.

Dios espera que el hombre vuelva a ser un niño, para recibirlo en su seno...

No estás Deprimido, estás Distraído...

Misteriosamente


Facundo CABRAL

Esta parte de mi Diario podría titularse Entre ciervos y cóndores porque fue escrita en la Patagonia, entre bellos lagos cordilleranos, donde recordé para mis hermanos el mundo caminado y los libros que me acompañaron desde la Siberia a la Tierra del Fuego. Entre los leños ardiendo y la nieve recordé a los hoteles donde amé y me amaron, donde agradecí, cada mañana y cada noche, el maravilloso oficio que me dio el Dios que mis hermanos del desierto llaman Alá, el Dios al que los egipcios y los mayas veían en el sol que ahora me anuncia el nuevo día donde el viejo cuento vuelve a comenzar. No fue más misterioso caminar el misterioso mundo ni buscar en el arte la bendita semejanza con el Creador ni trajinar los laberintos de la mente en busca de respuestas a las preguntas del corazón. No fue más misterioso descubrirme en los otros ni perder, mágicamente el camino de regreso a la que, misterio- samente, era mi casa. No fueron más misteriosos esos misteriosos asuntos que coincidir contigo en este pun-to del planeta para alimentar al amor, misteriosa razón del universo. Mi primer paraíso fue la biblioteca, la manera mas alta y sutil de la realidad, miles de cosmogonías girando alrededor de un punto, al que me gusta llamarle Dios.- Para mí la biblioteca fue la seguridad de que allí si escucharía voces inteligentes, una posibilidad de salvación, y así fue ya que en la biblioteca encontré un gran libro de tapas negras y letras doradas que ( lo sospeche desde el primer momento) tenia mucho para mi, por eso tocaba su finas hojas con mucho cuidado, no quería herir a Isaías ni molestar a Salomón, no quería estorbarle el éxodo a Moisés, ni distraer a Jesús de sus discípulos.- En la biblioteca también había toros que eran hombres, hombres que eran monstruos, noche de luna ardiente, gente que seguía siendo inglesa en la India, Ángeles que solo bajaban, para enriquecer a la poesía, patriarcas y caudillos, laberintos de altas paredes que excitaron al ciego memorioso hasta el ultimo minuto de su vida, uvas para la Matilde chilena, vino debajo de la luna del persa, golpes en la espalda del poeta peruano, lámparas generosas y crónicas marcianas, el Martín Fierro y Whitman, que cantaron por mi antes de mi, Plotino, Ezra Pound, Thomas Mann, Twain.- El tiempo los ha mudado de la biblioteca a mi memoria, la biblioteca donde Borges solía recordarnos que cada libro es infinito porque cambia a cada lector, entonces pensé: Que será una biblioteca? Nacemos para encontramos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la Humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tan-to nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos porque no hay nada como recordar padres felices. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde. Esto lo aprendí de mi madre, que fue la primera buena noticia que recibí. Se llama-ba Sara y la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo ser inteli-gente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón, es decir se dedicó a vivir, y no le quedó tiempo para otra cosa. De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no te gusta, al hombre que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste porque la vida es aquí y ahora mismo (aflójate, no tienes que cuidarte porque aquí no hay enemigos, aquí hay un hermano, aquí no tienes que vender o comprar nada, aquí el tiempo no importa porque señorea la eternidad, aquí no se blasfema, aquí se bendice). Nacemos para vivir, y la herramienta para vivir es el amor, que nos lleva a comprender lo que nos rodea, y sólo en armonía es posible vivenciar, sentir la vida, que es difícil hasta que comprendes que hay una sola religión, el amor, un solo lenguaje, el del corazón, una sola raza, la Humanidad, un solo Dios, y está en todas partes.

El que nace en este momento es el mismo que muere ahora mismo porque lo único real es el indivi-duo, por eso la historia de la Humanidad es falsa, y por lo tanto son falsos los países y sus gobiernos, como sus pueblos son abstracciones, ilusiones que no existieron jamás, que no existen ni existirán porque sólo existe el individuo, pero a partir de él existe todo, por eso el griego aconsejaba: Conócete a ti mismo y conocerás al universo y sus cosas. La estadística suma lo imposible, por eso la mayoría y el éxito son nada, por eso no hay más desdichas que alegrías ni viceversa, es tan imposible como sumar la metáfora a esta tarde y aquella lluvia al sueño que soñaré esta noche en ese querido lugar que es Chihuahua. Fuera del individuo son todas supersticiones, ilusas conven-ciones, somos el mismo hombre con distintas cos-tumbres que gustamos llamar cultura o tradición, aunque la verdadera cultura es universal, como el individuo.

Toda secta es un suicidio, una ilusión homicida (un alemán que se creyó superior asesinó a seis millones de judíos). Yo soy este presente y el pasado que lo posibilitó, es decir la eternidad del momento, soy esto que es ahora mismo, el que bebe vino francés en el avión, el que nace en Bogotá y el que muere en Hamburgo, yo soy, por lo tanto no puedo pertenecer a lo que no es, es decir a una clase o a un país, que además cambian de acuerdo a los caprichos de la política, por ejemplo a causa de Fidel Castro hay cubanos que ahora son norteamericanos y a causa de Pinochet hay chilenos que viven en Ingla-terra. La patria es una ficción, un pretexto de los que no se animan al mundo, que es la verdadera casa del hombre, la patria es una desgraciada invención de los hombres que nada tiene que ver con la realidad de Dios, la patria es un peso que agobia al hombre, como el Estado es la teta donde maman los ciudadanos pero el cáncer del hombre. Los países son abstracciones aprovechadas por los políticos y los militares, que son peligrosas abstracciones que dividieron, y dividen, a los hombres en clases sociales, colores y dogmas. Yo soy Abel y Caín, el último pastor que llegó al pesebre de Belén y el primer hombre que bajó en la Luna.